1. El sabor de la doble malta


    Fecha: 08/01/2023, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... bolsa, además que más da, hace un calor horrible.
    
    - ¿Y para qué te pones los pantalones largos colgado? Te vas a cocer…
    
    - No voy a ducharme y ponerme el bañador mojado y con sal… -contesté
    
    - Yo te dejo ropa interior –se echó a reír
    
    - Nos está subiendo el alcohol tía… Me vas a dejar las bragas de Bridget Jones? –respondí siguiéndole la broma
    
    - Si te lo traigo, te lo pones… no me hagas levantarme para nada mariquita.
    
    - Dalo por hecho, con tres birras no hay vergüenza que valga –me aventuré
    
    Tardó segundos en presentarse la muy perra con un tanga de hilo, tirándomelo a la cara y riéndose a carcajadas…
    
    Ni corto ni perezoso, me marché del comedor para ponérmelo.
    
    - Qué más da que te marches ¡eso no tapa nada! –continuaba riéndose desde el sofá
    
    No, no iba a volver al comedor con eso… mientras miraba como ponérmelo lo mejor posible, tapar lo que pudiese, se presentó de sorpresa a mi lado, volviendo a reírse de nuevo…
    
    A la mierda, pensé. Me fui al comedor, me senté, cogí la cerveza tan tranquilo… no quería darle el gustazo a mi amiga con que no tenía huevos de hacerlo… Y para mi sorpresa, se sentó a mi lado y brindó.
    
    - ¡Por los locos! –levantó su cerveza
    
    - ¡Por nosotros! –levanté la mía
    
    - Hoy estoy viendo mucho más de lo que tú viste de mí….
    
    - Y yo tan a gusto que estoy, cero calor… eso sí, que no me falte la cerveza que aún no me creo que este haciendo esto… –me sonrojé
    
    No faltaron las cervezas durante la tarde, seguíamos como tantas ...
    ... otras hablando, aunque con la peculiaridad de que pillaba muchas veces a mi amiga mirándome la entrepierna. Ella solo llevaba el vestido de tirantes, marcándose los pezones y con el final del vestido acabando en sus caderas, la posición que tenía sentada en el sofá, con una pierna cruzada y la otra estirada, no sé si era consciente, veía sus bragas blancas de encaje. Me pilló varias veces, pero no hizo ningún gestó de molestia o de corregir su postura, se limitaba a sonreír y echar un trago.
    
    Cayó la noche en Barcelona, nos despedimos, antes eso sí, me quité aquel tanga y me vestí, algo patoso y bastante contento, se notaba la cantidad de birra que éramos capaz de beber…
    
    El verano fue pasando, también con nuestras quedadas a solas. Aunque frecuentaban más las quedadas con más amigos, no me molestaba en absoluto. Contra más gente, más fiesta, es así… verdad como un templo.
    
    El último fin de semana del mes de Agosto, ninguno de nuestro grupo de amigos estaba en la ciudad, únicamente estábamos mi pareja, Gerard, Carla y yo. Nos invitaron a cenar en casa, de manera tranquila, dado que al día siguiente turnaba mi amigo en la oficina y no podían acabar muy tarde.
    
    Nos gustó la idea, y nos fuimos a su piso. Cena suave, vino, cervezas, risas… no se puede pedir más. Mis amigos y yo, de vez de cuando, tomamos algo de mdma, y esa noche, acabamos con el poco que tenía mi amigo en casa.
    
    La noche fue trascurriendo con conversaciones picantes, por suerte, en el grupo de amigos ...
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