1. Torturando por una apuesta


    Fecha: 05/01/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... del convento porque te picaba demasiado el coño y las velas no te llegaban. Eres un zorra que solo desea polla, una zorra de pueblo en la gran ciudad en busca de placer.
    
    Me aleje unos pasos dejando que las colas del látigo subir por su dorso y caer por su espalda.
    
    - ¿quieres se azotada?
    
    - Lo deseo más que nada.
    
    - Tienes que decírmelo.
    
    - Quiero ser azotada, hazlo por dios.
    
    Y el primer latigazo cruzó el aire del cuarto estallando contra su espalda. María dio un grito ahogado seguido de un lamento, su cuerpo se tensó y escogió sus manos cerrándolas en un puño.
    
    - ¿otro zorra?
    
    - Si por favor – dijo ante mi asombro.
    
    Volví a levantar mi mano y con fuerza volví a lanzarlo sobre la espalda de mi mujer quien gimió con fuerza. Me habían asegurado que el látigo dolía que te cagas pero que aparte de los morados no haría herida si no pasábamos de los 30 latigazos.
    
    - ¿Otro paleta?
    
    - Dame más.
    
    Y volví a ampliar toda mi fuerza y rabia en aquel látigo.
    
    Le di más de 25 veces. María babeaba de dolor, se había meado y estaba convencido que no tardaría en irse por las patas abajo. La hija de puta quería ser humillada y vive dios que lo estaba logrando. Decidí parar antes de hacerle daño y que quedasen en su inmaculada espalda señales de todo aquello. Dejé el látigo en la mesa auxiliar. María esperaba el siguiente golpe con el cuerpo dolorido, bañado en sudor y con los pelos pegados a su cara. Su pezones estaba a un más duros y erectos que cuando ...
    ... empezamos.
    
    Puse un potro delante de ella y le solté las muñecas empujando su cuerpo sobre el aparato de gimnasia. Me di cuenta en ese momento lo bien que hubiese venid unas argollitas en el propio aparato para amarrar las muñecas de mi mujer, pero no había pensado en ello y me acababa de dar cuenta y ya era demasiado tarde. Le espose con unas esposas de toda la vida de dios con las manos a la espalda.
    
    Acerqué a su coño otra de las compras, una maquina fornicadora portátil y encendí el aparato. DE repente y ante su sorpresa una polla motorizada empezó a profanar duramente su coño. Era la segunda cosa que entraba allí, mi polla y ahora eso.
    
    María mi miraba alucinada mientras disfrutaba como una loca del nuevo invasor de su coño que desde el suelo la martirizaba. Yo acerque mi polla ha su boca y dejé que empezase a mamar mi polla con ansia.
    
    Deje que la maquina hiciese su trabajo y que su boca hiciese el suyo. La verdad que quien iba a decir que María no hubiese comido una polla en su vida, porque era una experta en 45 días.
    
    Deje que chupase un largo rato hasta que decidí sodomizarla. Saqué mi polla de la boca y dándome la vuelta y poniendo cierto cuidado que la maquina que le martilleaba el coño no me diese en las pelotas se la metí ningún miramiento en el culo.
    
    Era la primera vez en al vida, a pesar de mi edad, que coincidía en el cuerpo de una mujer con otra polla, aunque fuese de goma. Me gusto, como era obvio que le estaba gustando a mi mujer quien empezaba a encadenar ...