1. Torturando por una apuesta


    Fecha: 05/01/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... parafernalia sadosexual.
    
    Cogí la escalera plegable de garaje y no sin esfuerzo subí cada una de las cadenas de las que caían dos brazaletes. En rosque las argollas del suelo y ahí fijé dos cadenas con sus brazaletes.
    
    Cenamos como un día normal. Abrí una botella de vino ya que era viernes y no teníamos nada que hacer al día siguiente. Hablamos de lo uno y de lo otro. A María se le notaba nerviosa sabiendo lo que venia a continuación.
    
    - ¿Sabes que vas a ser azotada esta noche?
    
    - Si
    
    - ¿Te sigue apeteciendo?
    
    - Llevo mojando las bragas dos días solo de pensarlo.
    
    - ¿Estas segura?
    
    - Si
    
    - ¿Qué quieres que pase?
    
    - Que me domines, que me poseas, que me hagas tuya, que me sometas, que me trates como a una zorra.
    
    - ¿Y te vas a sentir cómoda?
    
    - Esta noche solo quiero ser un objeto para ti.
    
    - Como quieras.
    
    Me levanté y puso dos copas. La quería con el mayor alcohol posible en su cuerpo. La verdad es que después de no haber bebido en su vida, María bebía lo que yo bebía, ósea ron con coca cola.
    
    Le verdad es que tuvimos una conversación divertidísima sobre la vida en su pueblo y como lo recordaba ella de cría a como fue desde que se salió de monja hasta que se caso conmigo. Me levanté a ponerme hielo. Rellené la copa y la deje en la encimera. Cogí a mi mujer fuertemente del moño cerrando mi puño y la hice levantar de un tirón tirándola contra la pared.
    
    - vamos a ver zorra de mierda, esta noche vas a volver al sitio que le corresponde a una ...
    ... pueblerina como tu – y tirando de ella del pelo la guié hasta el gimnasio una planta más abajo.
    
    Le amarré sin ninguna oposición de ella los brazos a las cadenas que caían. La descalcé y la hice abrir las piernas para cerras las abrazaderas sobre sus tobillos. La respiración de la ex monja, era tan agitada como la de la cortesana de la serie sueca. Cogí un cuchillo afiladísimo que tenía en una mesa auxilia y pasándolo despacio desde su frente fui bajando marcándole con la punta pero sin cortarla por su cara y recorriendo su cuello hasta que llegué a su jersey. Con el afilado filo empecé a rasgar la prensa de lana, María hizo un gesto como diciéndome lo caro que era aquello que me estaba cargando, pero enseguida dio un profundo respiro y cerrando los ojos echo su cabeza para atrás.
    
    Fui bajando el cuchillo rasgando toda prensa que aparecía a mi paso- Le rasgué el sujetador, el vaquero, las bragas y las medias. María me miraba empitonada con sus desafiantes pezones mirando al techo. Pase de vuelta el cuchillo por su cuerpo ya desnudo, pasando especialmente la punta de machete por su raja y sus pezones.
    
    Tal y como habíamos visto en la serie, me puse detrás de ella y le deje caer el latino de mil colas por su pecho. María se estremeció.
    
    - eres un cerda, has sido siempre una cerda que te has tenido que meter a monja porque sabias que nadie en tu apestoso pueblo te iba a dar lo que buscabas – le decía mientras pasaba con suavidad el látigo por sus pechos – tuviste que salir ...