1. Yo, Carmen la puta (Parte 3)


    Fecha: 20/12/2022, Categorías: No Consentido Autor: Carmen Relatos, Fuente: CuentoRelatos

    ... que se me había asignado, situado en la esquina del pasillo inferior. Era una habitación pequeña, sin lavabo, con una cama no demasiado grande y una pequeña mesilla de noche donde guardar mis pertenencias. La ropa que tenía que vestir, estaba preparada sobre la cama. Nunca había llevado ese tipo de indumentaria, pero desde entonces sería mi uniforme de trabajo en aquel lugar del que no podría escapar en mucho tiempo. Después de dejarme sola, me desvestí la ropa que llevaba puesta, y me puse las prendas que me habían dejado. Un vestido rosa ajustado de licra, un cinturón blanco, y medias de rejillas. Debajo, ningún tipo de sujetador, lo que marcaba mis pezones debajo del vestido, y un pequeño tanga blanco de hilo que quedaba completamente metido dentro de la raja de mi culo.
    
    Con esa ropa puesta, y después de pintarme los labios de rojos, permanecí esperando en la estancia. En la mesa de noche cercana a la cama, todas mis pertenencias, y un pequeño bote de lubricante. Hacía calor, y mi vagina, la cual estaba un poco penetrada en la parte inferior por el hilo, sudaba así como mis axilas. Estaba nerviosa, y no sabía lo que sucedería.
    
    A las 2 de la madrugada, ya con mucho sueño, llegó el primero de los clientes en aquel lugar. Era un hombre con apariencia de 40 años, con algo de pelo, y barba de dos días.
    
    Yo: Hola, buenas noches.
    
    Él: Hola.
    
    Tenía el gesto serio, no volvió a decir ni una palabra. Nada más entrar comenzó a quitarse el cinturón, bajarse la cremallera, ...
    ... y quitarse la camisa, hasta quedar completamente desnudo delante de mí, con su torso peludo, sin que ni siquiera me hubiese dado tiempo a sentarme en la cama. Se acercó a mí y me metió la polla en la boca, después de yo abrirla al verle venir. Puso sus manos sobre mi cabeza, y comenzó a mover la cintura, follándome la boca. Me la metió completamente flácida, y en un par de instantes se puso completamente dura dentro de mi boca. Después de unos minutos, la sacó su polla de mi boca. Me tumbó sobre la cama, levantó mi vestido, y tiró hacia debajo de mi tanga. Yo alargué la mano para coger el bote de lubricante, y con los dedos coloqué un poco sobre mi vagina. Él se colocó el condón, y tras ponérselo, se dejó caer sobre mí, para comenzar a penetrarme. Era un hombre un hombre aún en buenas facultades, y permaneció más de 20 minutos penetrándome, hasta que finalmente terminó corriéndose. Al terminar, y tras vestirse, él se fue de la habitación, permaneciendo yo dentro.
    
    Después de eso, y tal y como era mi deber, volví a vestirme, y dejar la habitación como si nada hubiera ocurrido, esperando a mi siguiente cliente. Pasaron las horas, y nada cambiaba. El tiempo para mí pasaba lento, y no sabía en qué momento volvería entrar un hombre a follarme. El sueño y el cansancio se apoderaban de mí, y daba por terminada la noche, cuando de pronto, la puerta volvió a abrirse. Esta vez, era un chico joven, que no aparentaba más de 22 años. Era más bien alto, sin nada de barba, y no muy bien ...