1. Yo, Carmen la puta (Parte 3)


    Fecha: 20/12/2022, Categorías: No Consentido Autor: Carmen Relatos, Fuente: CuentoRelatos

    Soy Carmen nuevamente, continúo después de un tiempo sin poder escribir con esta mi historia. Si no habéis leído las anteriores de ‘Yo, Carmen la puta’ os invito a hacerlo. Os deseo, como siempre, lo mejor.
    
    Un año, un largo y duro año, había transcurrido desde la primera vez que tuve que recurrir a prostituirme, y tuve una cita cobrando con un cliente. Ese día marcó un antes y un después. Nunca más podría volver a ser una mujer normal después de haber puesto la mano para cobrar un dinero a cambio de ser usada. Supongo, que ese fue el día en el que realmente empecé a considerarme a mí misma una prostituta. Mi primer día de puta.
    
    Desde ese día, mi vida diaria volvió la normalidad, y nada había cambiado. Sin embargo, yo no era la misma. Cuidaba a diario de mi hija y de mi madre, y compaginaba las labores del hogar con mi trabajo en la tienda, el cual me permitía sobrevivir de la mejor manera que podía. Además, sumado esto, ahora tenía un dinero extra. No ejercía la prostitución a diario, pero aproximadamente una vez al mes, mi putero, el mismo que me había concertado la primera cita, cuya relación con él empezó con una mamada, me buscaba trabajo. Una vez al mes, negociaba y me alquilaba por una noche como puta de compañía.
    
    En este año de desde que tuve mi primera vez, fueron un total de 9 citas las que tuve. El dinero ganado, como siempre, era compartido con el hombre que me buscaba la cita. Siempre era así, era el quien recibía el dinero de parte de cliente, y quien ...
    ... cuando la ocasión encartaba me hacía llegar mi parte. La dinámica, y el perfil del cliente, no cambiaron mucho. Solían ser señores maduros, desde 40 a 60 años, necesitados de compañía, y que no buscaban en mi nada más allá que descargar de la manera más primitiva. Era la definición de dinero fácil. Era desagradable entregarme a esos hombres, babosos, que me ansiaban, pero sólo tenía que chupar una polla y abrirme de piernas para que me follasen no más de cinco minutos, que era lo único que solía aguantar. Yo volvía a mi casa de madrugada, tomaba una ducha para eliminar de mí cualquier rastro de hombre, y mi vida cotidiana volvía a la normalidad.
    
    No había ninguna perspectiva de cambio, y el plan era seguir con mi vida de ama de casa por la mañana y de puta casualmente para ganarme el pan. Sin embargo, un bruco cambio en mi vida, que en este y en próximos relatos os compartiré, me llevó al hundimiento. Por primera vez, mi putero, me ofreció trabajar en un prostíbulo. Sería allí, en se lugar, donde por primera vez conocería lo que es ser humillada.
    
    Una tarde, recibí una llamada de él, de Jorge, mi putero.
    
    Jorge: Hola Carmen, ¿qué tal estas?
    
    Carmen: Bien, has encontrado algo para hoy?
    
    Jorge: No pero, me gustaría quedar contigo, y hacerte una propuesta que creo que puede interesarnos a los dos.
    
    No me gusta hacer estos relatos especialmente largos, por lo que os resumiré lo ocurrido aquel día. Tras dejar todo preparado en mi casa a la mañana temprano, y acabar la ...
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