1. De chico a puta: Conociendo a Fernando


    Fecha: 17/06/2018, Categorías: Incesto Autor: Tugatito, Fuente: CuentoRelatos

    EL ACUERDO:
    
    Una semana había pasado desde aquella noche, la noche en la que por primera vez realicé una felación a un hombre. Fernando, mi primer hombre. El hombre que desapareció de mi vista igual de rápido que había llegado, el tiempo que yo tarde en subirme las bragas y los pantalones. Sólo me dejo tres cosas. El sabor a pene en la boca, la mancha de semen en el pantalón, y su número de teléfono. ¿Estaría casado? ¿Tendría hijos? ¿Familia? Quizás fuese su hombría, su sentimiento de dominación sobre mí, sus hormonas de macho quemando su cuerpo, o quizás, su desesperación, su falta de cariño, su soledad, lo que le llevó a tener que desaparecer tras eyacular sobre un chico como yo tras sólo un par de minutos de mamada.
    
    Mi vida continuaba, y nada en mi cambió. Misma rutina, misma soledad, mismo cuarto en el que me encerraba. Quizás algo sí era diferente. Ya no tenía que recurrir a material pornográfico. Recordar su pene en mi boca, ese olor, ese sabor, esa fuerza con la que intentaba llegar a mi garganta, eran suficientes para mis sesiones diarias de masturbación anal.
    
    Pero una noche, mientras cenaba en compañía de mi madre y su pareja, el móvil vibró. Era Fernando, mi Fernando, el hombre que primero profanó mi boca. Me puse nerviosa en ese momento, y apenas podía llevarme a la boca la cuchara sin temblar. ¿Qué debía de hacer? ¿Volvería a utilizarme para después desaparecer sin un adiós? ¿Seguiría manchándome quitándome el resto de mis virginidades?
    
    No quería ...
    ... contestarle, pero la gata en celo de dentro de mí le ganó la partida a mi yo racional. Me había hablado mi macho, me había mordido el cuello, y yo estaba indefensa. Me dirigí a toda prisa a mi habitación, me metí en mi cama como una carta en un sobre, y por inercia, bajé mis pantalones y calzoncillos hasta mis rodillas. Entonces, contesté a su mensaje, como una loba que contesta la llamada de la manada.
    
    -Hola, soy Fernando te acuerdas de mí? Keria pedirte perdón por lo del otro dia, no se x k actue de esa forma. La verdad es que estoy en un mal momento de mi vida y lo pago con quien no debo, podemos hablar? Si no contestas lo entenderé.
    
    Un mensaje que no sólo destacaba por su mala ortografía, sino por el mal olor que desprendía a engaño. Sin embargo, no había nada que yo pudiese hacer. Ahora era suya. Él me había marcado con su semen aquella noche, como un perro que marca las esquinas con su orina.
    
    -Claro.
    
    Fue mi única contestación. Desde ese momento, 5 horas transcurrieron, en las que yo me limité a ser una simple oyente. Nuevamente me convertí en su recipiente, no de semen esta vez, sino de algo mucho más denso y amargo. Sus agonías. Intentaré describir en estas pocas líneas su historia.
    
    Fernando era un hombre casado, de 52 años (mucho más de lo que había pensado, se cumple así mi segunda teoría de ser un señor bien conservado). Estaba casado desde hace 20 años, una relación fruto de la cual había tenido dos hijas, de 18 y 21 años. Su mujer, desde hacer un par de ...
«123»