1. Tía religiosa se vuelve puta


    Fecha: 02/12/2022, Categorías: Incesto Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... del tronco haciendo que el glande se inflamara tanto que brillaba enrojecido, una buena cantidad de venas resalaban de ese enorme tronco, la tía trataba de engullirla vorazmente, pero era demasiado enorme, solo lograba tragar la mitad para luego atragantarse.
    
    Gran cantidad de saliva espesa estilaban sobre esa verga hasta los huevos. El culo de la tía Mónica se contraía de manera espasmódica por la excitación.
    
    Luego de unos minutos se puso de pie, se desvistió quedando completamente desnuda, ese culo era tremendamente enorme, sorprendentemente perfecto, piel blanca y aterciopelada, parecía el culo de una jovencita. Sus tetas inflamadas de excitación se posaban sobre el frio lavadero cuando ella se inclinaba dejando expuesto aquel enorme culo, a merced de la verga de Agustín.
    
    El chamaco no titubeo, se inclinó abriendo esas nalgas con sus manos y sumergiendo su cara para lamer de los jugos de la vulva de Mónica.
    
    -Ah!, Ah!, así! Así! Que rico, Ah! – gemía la puta de mi tía
    
    El chico continuaba su labor, introduciendo sus dedos para masturbar aquella vagina hambrienta. Luego se levantó, hizo inclinar más a mi tía Mónica. Y la embistió con su verga desde atrás.
    
    -AH! AH! Ah! Agustín, suave, despacio – gemía la desgraciada
    
    La verga de aquel muchacho parecía no ser acorde a su edad, no exagero, y lo reconozco por respeto y admiración, ese chico tiene una verga monumental. Las nalgas de mi tía se estrellaban escandalosamente en la pelvis de aquel chico. La ...
    ... perforaba una y otra vez con rapidez y vehemencia, con fuerza y vigor.
    
    Las piernas de mi tía Mónica temblaban de exquisito placer, gotas de fluidos comenzaban a caer mojando el suelo debajo de ellos. Ella estaba desquiciada, fuera de esta realidad, solo gemía y gemía mientras trataba de mantenerse en pie, se sujetaba como podía del lavadero mientras sus piernas se tambaleaban y contraían sin control alguno.
    
    Agustín tomó una de sus piernas indicándole que la subiera al lavadero, y así lo hizo, con una pierna en el suelo y la otra sobre el lavadero, dejó aún más al descubierto la vulva de mi tía, y continuó penetrándola con fuerza hasta que ella gimió en un intenso orgasmo.
    
    Su torso se desplomó sobre el lavadero, llenándose las tetas de espumoso jabón, quedó ahí inclinada tendida como un animal agotado. Mientras el muchacho se escupía el glande y lo restregaba entre sus enormes nalgas.
    
    Tras unos minutos de recuperar el aliento, tía Mónica se incorporó. Tiró la toalla sobre el piso y guio a Agustín a ella. Lo recostó boca arriba, esa verga se elevaba como un grueso mástil, era realmente grueso, podía ver cómo las manos de tía Mónica apenas lograban abarcar todo su perímetro, (y es que he de decir que ella es de manos grandes).
    
    Tía Mónica respiraba de manera agitada y agotada, pero aun no saciaba su lujuria.
    
    Chupó y masturbó aquella verga por unos minutos más, para luego montarla como toda una jinete. Primero se paró y se agachó como un luchador de Sumo, clavándose el ...