1. Tía religiosa se vuelve puta


    Fecha: 02/12/2022, Categorías: Incesto Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... adulto.
    
    El pobre Agustín, algo nervioso y apenado trataba de negarse a obedecer la orden, evadiendo y excusándose. ¿Por qué se rehúsa tanto?, me pregunté, al fin y al cabo solo son unos pantalones.
    
    Luego de un rato de discusión, sin otra alternativa, terminó obedeciendo.
    
    Se desabrochó los pantalones y se los bajó por completo. Jajaja
    
    El maldito chamaco no llevaba ropa interior, al parecer había ensuciado toda su ropa y no tenía más para ponerse.
    
    Una verga lampiña, aunque de un considerable tamaño, quedó descubierta ante la mirada atónita de tía Mónica.
    
    Estuve a punto de estallar en carcajadas, ¡toma eso tía Mónica!, eso te mereces por necia jaja.
    
    Esperaba que ella se exaltara, que gritara indignada, o que saliera corriendo avergonzada. Para sorpresa mía, se quedó en silencio un par de segundos, viendo la herramienta de aquel muchacho.
    
    Le tomó varios segundos reaccionar, se agachó para recoger el pantalón sin quitar la vista de esa verga, la miraba confusa, como indignada y nerviosa, como deseándola por dentro, pero tratando de negarse a sus instintos.
    
    Agustín, de manera respetuosa intentó cubrirse y procedió a retirarse rápidamente. Ella arrojó los pantalones al lavadero y se quedó congelada, con la mirada perdida en la nada, quien sabe cuántos pensamientos le cruzaron la cabeza en ese instante. Parecía indecisa, pensativa, su respiración se agitaba un poco. Estuvo unos minutos de esa manera.
    
    Imagino que lidió una lucha interna entre sus deseos ...
    ... y su conciencia. Y terminó entregándose a sus más carnales deseos, porque tras esos breves minutos exclamó:
    
    -¡Agustín!, ven para acá.
    
    El chico se asomó de nuevo, esta vez con una toalla envuelta en la cintura para cubrirse.
    
    -Si, diga doña Mónica.
    
    -Emmm… – pareció pensar unos segundos – dame esa toalla Agustín, también voy a lavarla.
    
    Agustín se la quita, se la da y justo cuando se da la vuelva para retirarse
    
    -¡Agustín!, ven acá.
    
    El muchacho se queda atónito y confundido. Tía Mónica se acerca, su mano temblorosa de nervios se acerca a acariciar el abdomen de Agustín y lentamente baja hasta su verga.
    
    Acarició su verga y sus huevos con ambas manos, hubieran visto su cara, ella estaba tan nerviosa, miraba para todas partes asegurándose de estar a solas con Agustín.
    
    -Doña Mónica… pero… espere… -decía Agustín poniendo leve resistencia, confundido y sorprendido a la vez.
    
    Tía Mónica terminó lanzándose sobre la boca de Agustín, lo besó apasionada y ardientemente.
    
    Agustín terminó cediendo al deseo y terminó correspondiendo aquella lujuria, empalmándose con una erección enorme. El chico está bien dotado, y eso lo reconozco.
    
    La tía Mónica terminó arrodillándose frente esa verga y comenzó a devorarla como un animal. La lamía desde el tronco hasta la punta, lengüeteaba ese glande como un caramelo, ocasionalmente bajaba hasta los huevos y los succionaba mientras masturbaba ese trozo de verga que crecía cada vez entre sus manos.
    
    Ella estrujaba la verga ...