1. La Desconocida.


    Fecha: 01/12/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cambiado el día en que decidió separarse y tras ello, quizás sin quererlo conoció a alguien que no era su marido. Él probablemente, sería un hombre ya curtido por el tiempo a quien no le asustaba nada ni nadie. Un viejo lobo solitario que viviría su vida orgulloso de su independencia y de su libertad. Un hombre tierno y dulce que mantendría su coraza siempre puesta para no verse sorprendido por aquel sentimiento que tanto miedo le causaba. Por saberse vulnerable ante el amor, o por simplemente sentirse querido. Lo más probable era que su reputación de galán y mujeriego le precediera. Por ello, en un principio, ella se habría hecho la dura, intentando evitarle, para así, tampoco tener que cambiar sus anhelos de libertad. Pero la atracción entre ellos debió ser tal que, día tras días, como más hablaban, intercambiaban whasps o se veían, iban cayendo ambos en el abismo de su propio deseo.
    
    Posiblemente, con el tiempo sus citas se fueran sucediendo, siempre clandestinas, escondidos de las miradas y comentarios ajenos. Del qué dirán, por ser él quien era y su edad, y ella por haberse separado solo unos meses atrás. Escondiéndose de sí mismos y de lo que sentían. Limitando su pasión y sus ganas a las cuatro paredes de aquella habitación que se habría convertido en todo su mundo, en el refugio donde podían ser realmente ellos mismos. Dejando volar el vacío de sus miedos, de sus cicatrices y de su existencia muy lejos.
    
    En aquella habitación, donde el tiempo parecería pararse, ...
    ... dejarían que sus cuerpos excitados se reconocieran a cada uno de sus encuentros. Siendo siempre suficiente una simple caricia o un beso para que la magia entre ambos se iniciara. Perdiéndose uno en el cuerpo del otro. Fundiéndose a cada gemido de placer cuando él la tocara. Como si las yemas de sus dedos desprendieran pequeñas descargas eléctricas. Como si fueran imanes que se adhirieran a su piel. Con cada una de sus tiernas caricias, su entrepierna humedeciéndose más y más. Y él lo sabría. Lo sabría y jugaría con ello. Besándola suavemente, mientras que con su mano experta buscaría los confines de aquella humedad y de su excitación. Acariciando su clítoris delicadamente. Haciéndola vibrar a cada movimiento acompasado de su dedo. De aquel dedo diestro que nunca se cansaría de hacerla gozar.
    
    A ella por su parte, le encantaría subirse sobre él para poder mirarle directamente a los ojos. Viendo reflejada su propia pasión en su cara, al rozarse contra su miembro y juguetear con él. Mientras notaría como éste iba aumentando al mismo tiempo que su excitación y sus ganas. Simplemente con el movimiento acompasado de su cuerpo, le sería suficiente para llegar al orgasmo. Frotándose cual gatita en celo contra él. Viniéndose arriba como una gaseosa que si la agitas al momento rebosa, tal y como él la habría comparado en alguna ocasión.
    
    Y tras todo aquel primer calentamiento, él la penetraría de aquella forma que tan loca la volvería. Primero despacio, sintiéndolo poco a poco en su ...