1. La revancha (08): El final (Primera parte)


    Fecha: 25/11/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kimbocat, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasan lenta, muy lentamente, desde una de las gradas las amigas de Nuria os miran, os animan, admiran vuestro tesón y vuestro esfuerzo, aunque la mayoría no lo entiendan. Tan solo Joanna desnuda y con su collar de sumisa te comprende y te envidia. Recuerda cuando esta mañana ha entrado al recinto, allí cada persona podía elegir, entre ser vainilla y simplemente ir como siempre, ser amo o dueña y vestirse de cuero con una correa y una fusta que les daban en la entrada, o bien elegir ser sumiso o sumisa, entonces lo único que llevarían era un collar en el cuello con una argolla de hierro. Joanna mientras esperaba en la cola, sentía un nudo en la garganta, no diría nada, volvería a ser tan vainilla como el resto de amigas de Nuria, pero cada vez que alguien elegía el collar, mientras le desnudaban y rodeaban su cuello con el collar de cuero, ella sentía un calambrazo de envidia, de deseo, imaginarse desnuda y esclava entre tanta gente, entre tantos desconocidos, era su mayor sueño, hoy el camarero de ayer no está, pero ella no puede evitar disimuladamente acariciarse una y otra vez mientras ve como desnudan a hombres y mujeres que sumisos y dóciles se exhiben ante los demás esperando y deseando un amo que engarce su correa al collar de sus cuello. Justo delante de Joanna, iba Luna, otra de las amigas de Nuria, al llegar a la entrada, pidió la fusta, el cuero y la correa, altiva y segura se quitó su vestido y pego a su piel aquel uniforme de ama, luego miro a Joanna como nunca la ...
    ... había mirado y se apartó un poco para ver que hacia ella.
    
    Llegó su turno, tragó saliva, estaba caliente, cachonda, increíblemente excitada y mojada, y en un arrebato de sinceridad, bajo la cabeza y eligió el collar, fue la misma Luna quien la desnudo, sus pechos, sus nalgas, toda ella exhibida a los ojos de quienes la quisieran mirar. Luego le coloco el collar, engarzo la correa en su anilla, y tirando de ella, la llevo con el resto de chicas. Por el camino no se dijeron nada, tan solo algunos tirones de su correa, le recordaban a Joanna su condición, pero lo que tuviera pensado hacerle, lo sabría más tarde, ahora todas querían ver la llegada de las yeguas al último tramo de su carrera. Todas chillaron de emoción, cuando como una exhalación aparecieron los dos sulkies, cuando entre sudor, sangre y gruñidos, tú y Zuleia pasasteis galopando en un instante por delante de ellas.
    
    Poco a poco se acerca el poste donde habréis de girar, cada vez es más evidente la cojera de Zuleia, también tú vas renqueando, la sangre moja ya vuestras patas, vuestro culo. Vuestros pecho doloridos siguen moviéndose y golpeándose con los cascabeles que lleváis en vuestros pezones, pero cada nuevo dolor, cada nueva herida, os endurece aún más, os hace confiar más en la victoria, ambas sabéis que la otra esta tan castigada como tú. De pronto Zuleia vuelve a acelerar, vuelve a ser la gacela invencible, quiere girar y enfilar en cabeza la recta final, tu intentas seguirla, pero vuelves a perder unos ...