1. Mujer de fuego


    Fecha: 19/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    ... izquierdo luego sentí su aliento cerca de mi falo, detuve un poco el movimiento de mi lengua, para dejar que las sensaciones me invadieron.
    
    —No pares idiota
    
    Así que empecé a mover de nuevo mi lengua, sentí como aprisionaba mi falo entre sus labios, sentí la humedad de su boca que me envolvió poco a poco sus labios presionaban sobre el tronco y su lengua jugaba con mi glande era una experta en dar placer. Su mano la puso sobre mis testículos los acariciaba de forma maestra hizo presión justo en medio de ellos con su pulgar, ufff que sensación. Acaricie sus nalgas, ella abrió aún más sus piernas lo cual le dio acceso a mis dedos, mientras mi lengua se hundía una y otra vez en su coño, el pulgar hacia círculos sobre su clítoris.
    
    Cuando otro orgasmo la alcanzó se dejó caer sobre mí rostro, hizo presión sobre mi nariz ahogándome con su peso, por un momento sentí que no respiraba sus fluidos salían de sus labios y resbalaban por mi cara.
    
    Mauro seguía detrás de ella podía sentir como intentaba dilatar su trasero ya casi era el momento de follarle los dos al mismo tiempo.
    
    Tantas veces habíamos repetido esa escena lo único que cambia era la mujer y el acomodo a veces era él quien estaba en mi lugar y yo tenía el suyo.
    
    La mamaba tan rico que no dure mucho en sentir la sensación de eyacular ella lo noto en mi falo que se puso aún más duro, ella me dejó un poco frustrado al dejar de mamar, se incorporó y nos dijo:
    
    —Me voy a follar a uno mientras el otro se corre en ...
    ... mi cara. Pónganse frente a mí para escoger a la mejor polla.
    
    La obedecimos embelesados.
    
    Nos pusimos de pie frente a la cama con la verga de fuera.
    
    Ella se sentó en el borde y miró atenta cada una de las erecciones que tenía frente a ella, luego tomó mi mano y jalo de mí, me dio un fuerte empujón y me deje caer de espaldas a la cama, mis pies estaban en el suelo.
    
    —Pon tus manos detrás de tu cabeza, no quiero que las muevas de ahí.
    
    La pelirroja de puso en pie y se sentó a horcajadas sobre mi miembro. Subía y bajaba ferozmente buscando aliviar la tensión acumulada entre sus piernas, mientras le ordenaba a Mauro masturbarse delante de ella, él estaba sosteniendo firmemente su polla con su mano subía y bajaba a un ritmo frenético.
    
    Sus movimientos eran fuertes, cuando bajaba apretaba sus músculos vaginales dándome un enorme placer al apretar mi polla con sus músculos internos luego hacía una especie de círculo con sus caderas cuando estaba con mi verga hasta el fondo, después cuando subía se inclinaba en dirección a Mauro, su maestría era sorprendente, la forma en que aprisionaba mi falo me tenía alucinado, yo gemía con cada nuevo movimiento, en este momento estoy totalmente entregado al placer, entregado a ella, cuando sintió que mi orgasmo se aproximaba abrió un poco más sus piernas y su mano acarició su clítoris se corrió casi al mismo tiempo que yo, nuestros gritos debieron ser mis excitantes porque Mauro descargo su leche sobre el rostro de nuestra mujer de ...