1. Mariela (Final)


    Fecha: 19/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos

    3.
    
    Descansamos unos 15 minutos, en lo que nos tomábamos una bebida. La mejor cerveza que he probado ha sido después de una ardua sesión de sexo. La degusté al mismo tiempo que Mariela y su esposo tomaban sendos vasos de tequila preparada. Ella permanecía desnuda recostada en toda la extensión de la cama y su esposa la acariciaba con ternura como cuidando su mas preciado tesoro.
    
    El tesoro de Mariela, todavía escurriendo mi semen por su entrepierna se veía apetitoso de nuevo y mi verga empezaba de nuevo a dar señales de vida. Me acerqué y me senté en el borde la cama acariciando sus piernas también. Habiamos comenzado bromeando y en algún punto, la broma derivó a que a ella le gustaba que la encularan salvajemente. La verdad es que el sexo anal no es algo que me atraiga sobremanera ya que considero que es mucho más apetecible una vagina con un sabor de hembra caliente, que un culo, aunque se trate de uno como el de esa belleza que reposaba en mi cama.
    
    Acerqué mi rostro al de ella y le planté un beso húmedo y lleno de pasión. Ella me correspondió con la misma intensidad y me rodeó con sus brazos. Nuestras lenguas se hallaron en medio del beso y se tocaron en un frenesí calenturiento. Recorrí las paredes de su boca con mi lengua vigorosamente y pronto mis manos tocaron sus senos pequeños pero sexys. Endiabladamente sexys. La apretujé un poco mas de lo debido y abrió la boca dentro de la mía para dar un gritito, pero no se quitó por lo que seguí con mi cometido de ...
    ... seguir masajeando sus tetas. Mientras yo hacía esto, su marido se había animado finalmente a participar en nuestro juego y se plantó entre sus piernas para penetrarla. Con los restos de mi semen dentro de su rajita, fue fácil para el deslizarse por ese terreno ya explorado. Ella sintió el embate de la verga de su marido y dejó de besarme para poder gemir a gusto.
    
    Yo aproveché para empezar a comer sus tetas que tanto se me antojaban. Deslicé mi lengua por sus dos montes dejando un rastro húmedo de saliva en ambos. Luego tomé su pezón del seno izquierdo y le acaricié con la punta de mi lengua. Mariela gemía incontrolable de nuevo, no supe si por mis caricias en sus tetas o por el pedazo de verga que su marido le estaba penetrando en su rica vagina hinchada de tanto placer.
    
    Jugueteé con los pezones de uno a uno y luego los empecé a acariciar y a mordisquear levemente con mis dientes. Esto la puso a mil y empezó a gritar ya super caliente
    
    - Si, soy tu puta, chúpame las tetas así, méteme la verga mi amor, quiero mas verga, ven dámela corazón, aggg uff.
    
    El marido se salió de su dulce cuevita de pasión y, haciéndome a un lado, se la ofreció para que le diera una mamada. Ella, ni tarda ni perezosa, se puso en posición de perrito en una orilla de la cama y se la empezó a mamar como si no hubiera un mañana.
    
    Yo me puse detrás de ella, donde se me ofrecía su rajita mojada y escurriendo semen y in poco mas arriba, el culo, ignorado hasta entonces. Movido por el morbo y la ...
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