1. Le entregué mi virginidad a mi Amo (Su punto de vista)


    Fecha: 18/11/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Aria09, Fuente: CuentoRelatos

    Me encontraba mirando por una ventana, atardecía, mientras veía el color anaranjado en el cielo llamaban a la puerta. Pensé "justo a tiempo", sonreí y me dirigí a la puerta. Al abrirla la encontré mirándome directamente a los ojos. Recuerdo que me sonreía de una forma muy dulce, preciosa, con una sonrisa que transmitía puro amor. Me saludó con un "Hola, bombón", la agarré con dulzura por su cintura, la atraje hacia mí y nos besamos. Un beso lento, sensual y emotivo. Mi mano recorrió su cintura hasta la base de su espalda, justo en la frontera con su precioso culo y con un ligero empujoncito cariñoso, la invité a pasar.
    
    Estuvimos charlando un rato, tomando algo, de forma relajada y muy cariñosa. Me lanzaba miradas furtivas de deseo y yo la acariciaba de vez en cuando suavemente. Nada lascivo, pero muy sensual.
    
    Al cabo de un tiempo me lancé a besarla, sentía el deseo de tomarla creciendo en mí cada vez con más intensidad. Mis labios contra los suyos, mi lengua entrelazándose con la suya, mi mano acariciando su cuello hasta llegar a su mejilla. Mordí suavemente su labio mientras la apretaba contra mí agarrándola por la cintura. Sabía que podía notar lo duro que estaba a través de la ropa.
    
    "Vamos a la habitación", le dije sonriendo, acariciándole una mejilla mientras la miraba a los ojos.
    
    Me siguió hasta el cuarto, la agarré una mano y la acompañé junto a la cama. Me paré a observarla un momento. Vestía una camiseta y un pantaloncito corto, informal, preciosa y ...
    ... sexy. La puse de espaldas a mí, la agarré suavemente por los hombros y le susurré al oído, "Ponte de rodillas, pequeña".
    
    Me saqué del bolsillo el antifaz que tenía preparado para ella. Se lo puse, impidiéndole ver nada más. Aún de rodillas, le ordené que levantara los brazos. Mis manos recorrieron sus muslos subieron por su pantalón hasta la camiseta. La agarré y la levanté muy despacio, para que sintiera el roce de mi piel y de la tela mientras la retiraba.
    
    Entonces la ayudé a levantarse, se puso en espera, con las manos a la espalda y las piernas ligeramente separadas. Su postura era perfecta, parecía que su colocación ya era algo natural, innato. Mis manos acariciaban su cuerpo de nuevo, lenta y suavemente. Me dirigí a su pantaloncito, lo desabroché y lo bajé al tiempo que mis dedos acariciaban sus piernas. La senté en la cama y le quité también el calzado.
    
    La tumbé, me desnudé totalmente y me situé junto a ella. Observé que llevaba un precioso conjunto de lencería negro, claramente lo había elegido para mí. Sonreí al pensarlo, aunque ella no podía ver mi cara de satisfacción. Mi pequeña sumisa perfecta, deseando entregarse por completo…
    
    Comencé a besarla mientras la acariciaba. Desde su mejilla, bajaba por su cuello, acaricié lentamente sus pechos sobre el sujetador, los apretaba mientras mi lengua saboreaba su boca. Comencé a besarle por el cuello, lamiéndola, cada vez más deseoso de ella.
    
    Mi mano bajaba por su vientre. Noté como se aceleraba su respiración ...
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