1. El regalo


    Fecha: 17/11/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Ana901, Fuente: CuentoRelatos

    Lo que a continuación narro ocurrió hace unos años. Más adelante explicaré cuando porque es muy importante. Yo y mi amiga Leonor estudiábamos en Salamanca, nos habíamos conocido en primero de carrera. Mi nombre es Ana y a partir de aquí intentaré no ser muy específica en datos que pudiesen revelar, no tanto mi identidad, como la de mi amiga y su familia. La verdad es que yo nunca he ocultado que soy lesbiana pero guardo un enorme respeto por todos aquellos que prefieren mantener su condición sexual en un ámbito privado.
    
    Como decía, Leonor y yo nos conocimos en nuestro primer año en Salamanca. Las dos éramos de pueblos distintos no demasiado lejos, pero dadas las terribles comunicaciones por tren y carretera nuestros padres decidieron que lo mejor era que nos quedásemos a vivir en Salamanca durante el curso para que así nos centrásemos en nuestros estudios. Nuestras familias no se conocían por lo que podemos decir que fue el destino el que nos unió. Me explico: nuestros padres alquilaron el piso en el que pasamos todos esos años a través de una agencia, y por supuesto, la única condición era que la otra inquilina fuese chica. Por lo tanto las dos acabamos compartiendo una pequeña pero cómoda buhardilla no lejos del centro.
    
    Desde el principio de nuestra convivencia Leonor, Leo como yo la llamaba, supo ''lo mío''. Cuando se lo confesé a los pocos días de vivir juntas, soltó una enorme carcajada. Te crees que no me había dado cuenta? me dijo. Me dejó desconcertada. Pero ...
    ... tanto se me nota le pregunté. Pues sí, me dijo. Me miras las tetas a todas horas. Y sí, era cierto, de la anatomía de Leo si algo sobresalía eran dos enormes pechos que eclipsaban su bonita cara llena de pecas, ojos azules, pelo largo muy liso y de un castaño casi rubio que le daba un aspecto nórdico. Por abajo su culo tampoco estaba nada mal. Ni grande ni pequeño pero muy bien acompañado por unos muslos que si aparecían más gruesos de lo habitual pero muy proporcionados con unas preciosas piernas que para mí tortura y placer solía lucir casi todos los días del año con unas minifaldas que quitaban el hipo.
    
    Cómo decía tras mi confesión y su carcajada creí que nuestros caminos se separarían ahí, pero no. Leonor me dijo que no le importaba en absoluto, que aunque a ella le gustaba una buena polla más que nada en el mundo respetaba mi opción sexual y se sentía incluso alagada por mis miradas. Y claro que se sentía alagada, durante todos esos años, tuve mil oportunidades de disfrutar en la distancia de su cuerpo. Llegué a conocerlo palmo a palmo. Leo disfrutaba sintiéndose observada. Como todo el mundo sabe Salamanca es una ciudad en la que hace frío casi todo el año pero en casa nunca pasábamos frio; Leo ponía siempre la calefacción al máximo y nos pasábamos todo el tiempo en tanga y camiseta. Ella disfrutaba cuando la mía saturada del jugo de mi chochito cambiaba de color y transparentaba al pegarse a mis labios que yo en aquellos años llevaba afeitados ''al cero''. Solía ...
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