1. El regalo


    Fecha: 17/11/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Ana901, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasarme horas y horas empapada con el clítoris inflamado y los pechos duros como piedras. Era tal mi excitación que aunque me masturbaba un par de veces al día, a los pocos minutos mi cuerpo pedía más y más. Mi momento favorito del día era cuando ella se iba a la ducha. Aunque cerraba la puerta, la antigua cerradura, más grande que las de ahora me ofrecía un puesto en primera fila para recrearme. Ella solía pasarse casi una hora en el baño cada noche. Yo me acomodaba tras la puerta con mis piernas abiertas y con cuidado de no calentarme demasiado rápido jugaba con la entrada de mi coño hasta que no podía más y me corría observando a mi diosa. Muchas veces la suerte me sonreía y Leo también se masturbaba al otro lado de aquella puerta que para mí era el paraíso. Solía llevarse objetos de cualquier tipo para frotarse y meterse por el coño, yo acabé por hacer lo mismo y además descubrí que alguno podía serme de gran utilidad dada mi postura frente a la cerradura. Mi favorito era una cuchara grande de metal que sujetaba por el mango con la que trabajaba la entrada de mi vagina, llegue a meterla en el congelador en alguna ocasión y cuando estaba mi chochito bien caliente me la acercaba con cuidado para disfrutar esa sensación de frio, aunque ni así apagaba ese fuego que me hacia acabar en el suelo muchas veces al correrme. Alguna vez dejaba objetos en el baño para que ella se los encontrase y estos acabasen en su coño. Cuando funcionaba me excitaba muchísimo. Buena parte del ...
    ... utillaje de la cocina acabo pasándose por nuestros conos pues luego yo me los llevaba a mi habitación y volvía a darles un nuevo uso. Recuerdo una botella de cristal para decoración que todavía olía a su coño y me relamí de placer con ella durante un buen rato. Nunca supe si ella conocía mi vicio por aquella cerradura. Y tuve oportunidades para preguntárselo pero siempre preferí quedarme con la duda.
    
    Ella, en aquella época nunca mostró interés por mí, en el aspecto sexual. Me confesaba divertirse al saber que yo la deseaba, lo hacía sin mala intención, no me hacía sentir mal ni humillada ni nada por el estilo, yo aceptaba la situación e incluso rechace alguna pretendiente que surgió en aquellos primeros anos en la facultad porque aquella extraña relación con Leonor me llenaba. Yo, la verdad, no estoy nada mal. Mido un metro sesenta y cinco, soy morena de pelo, buen pecho no demasiado grande y eso si mi culo es mi parte favorita: grande, carnoso con forma de melocotón, buenos muslos... no me considero guapa pero de haber querido, con los hombres hubiese tenido mucho éxito. Lo noto en sus miradas. Pero nunca me han interesado.
    
    A quien si le interesaban y mucho eran a mi amiga Leonor.
    
    Tras nuestros dos primeros años de convivencia, en que había flirteado con un par de chicos empezó a salir, y claro a traerse a casa, a un chico un par de años mayor que ella. Tengo que decir que evidentemente esto no me gustaba, no es que yo estuviese enamorada de Leo, que no lo estaba, pero ...
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