1. El regalo


    Fecha: 17/11/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Ana901, Fuente: CuentoRelatos

    ... la boca como la dejaba y se iba a por la de su novio que esperaba en su moflete derecho. En cuanto a mi conseguí no correrme rápidamente. Intentaba no tocar ni mi clítoris ni la parte exterior de mi vulva. Tenía ya toda mi mano derecha dentro menos el pulgar. Nunca antes había notado mi cono tan, no sé, elástico por dentro, parecía de silicona, suave, húmedo, flexible. Su jugo llegaba ya a mis rodillas por la parte interna de mis muslos. Quería sacar ya mi mano y frotarme el clítoris hasta hacerlo sangrar. Pero quería esperar y hacerlo cuando Leonor acabase el espectáculo que me estaba dando. Y no me hizo esperar, noté que aquellas dos pollas tampoco podían más y estaban a punto de estallar. Parecía que hasta para correrse habían ensayado porque por un momento pensé que iban a hacerlo sobre sus enormes melones pero no, Leo agarró fuerte las dos pollas y se las puso delante de su boca abierta casi entre los dientes. Los chicos la regaron casi al unisonó. La mayor parte de la leche lleno su boca. Resplandecía blanca en la tenue luz que iluminaba la habitación desde la calle. Ella lejos de darse por vencida todavía tenía ganas de más. Dejo salir todo el semen de su boca y poco a poco fluyo hasta sus pechos. Se lo repartió con las manos hasta embadurnar los dos pezones. Luego se los frotó y pellizcó durante unos minutos como si fuesen dos clítoris. Yo me corrí en ese momento, a pesar del frio tenía el pijama empapado de sudor y de mis jugos, casi no podía andar llegue como ...
    ... pude a mi cama y ya más cómoda rememore lo que había visto y como seguía muy cachonda y mi chocho ya no podía mas empecé a acariciarme el culo, mi enorme culo, no sin dificultad por su tamaño conseguí llegar al ano y tras juguetear con mi dedo unos minutos acabe metiéndome el mango de un cepillo con un poco de crema que remato mi noche más caliente en mucho tiempo con un orgasmo anal.
    
    Al día siguiente ninguna de las dos fuimos a clase. Yo no podía casi caminar y me dolía el culo. Cuando por la mañana me di cuenta del tamaño del cepillo me asuste y pensé que realmente debía estar muy caliente la noche anterior. De todos modos al verlo me puse cachonda de nuevo y me dije que al menos había valido la pena. Con el paso de los días Leonor se fue colgando más y más por su novio. Desde la noche del trió yo estaba preocupada por ella, por un lado me preguntaba qué clase de novio era aquel que compartía a su novia con otro hombre y al mismo tiempo me avergonzaba de mi misma y me veía como una mojigata llena de prejuicios y chapada a la antigua. Precisamente yo no era ejemplo de ortodoxia sexual. Todos estos pensamientos, bastante paradójicos, me hicieron alejarme un poco de la hasta entonces mi Diosa. Pasaron los meses y los años y poco a poco ambas fuimos avanzando con nuestras carreras. Aún así andábamos las dos ya por encima de los veinticuatro y aun nos faltaban varias asignaturas para nuestra graduación. Fue en el ultimo invierno que debíamos pasar juntas en aquella buhardilla ...
«1...345...49»