1. Sofía Marian, la güera misteriosa de Toluca (Parte 2)


    Fecha: 27/09/2022, Categorías: No Consentido Autor: Alien_system, Fuente: CuentoRelatos

    ... hecho los movimientos maestros para sacar de su prisión mi verga que ya estaba ardiendo por ella.
    
    Ya mi pene daba estocadas en su puchita y ella como negándose al placer entre abría un poco sus piernas para que mi verga tuviera acceso a su panochita húmeda con poco vello púbico y a la vez como si la cordura le llegara a la cabeza cerraba sus piernas. En esos juegos previos, yo le metía la punta de mi verga entre sus labios vaginales, mismos que ya estaba segregando su humedad de hembra, había un aroma erótico sexual perceptible a mi olfato y no era un aroma desagradable, sino más bien como un aroma embriagante, sabía que ella estaba más que derretida por esas sensaciones que ella sentía por mi verga, si existe ese aroma sexual en las mujeres y no hablo de una aroma desagradable, sino más bien como un aroma que despierta nuestros instintos animales que como machos captamos de aquella hembra que está deseosa de placer.
    
    Por el ayuno al que ella me mantenía porque solo la veía una o dos veces por mes, hacían que mi libido estuviera al 100% y sabía que esa tarde noche no se volvería a repetir en un lapso grande de tiempo o quien sabe cuándo ya no la vería de nuevo, así que aun cuando había terminado de hacerle el amor, mi verga ya estaba erecta y aunque ella me hablaba de sus reproches y reclamos, en mi cabeza la ardilla solo pensaba en “coger… coger... coger...” por lo que ella al sentir mi pene de nuevo como cañón en su punto, solo me decía “ya ves… ni me haces caso… no te ...
    ... importa lo que te digo… bla... bla... bla...“
    
    Pero en verdad que mi libido estaba a reventar, por lo que yo no perdía ocasión para besarla, acariciar su cuerpo de piel blanca y suave, la besaba y le miraba a los ojos, tratando de decirle que me volvía loco, y que sintiera mi verga bien dura, aunque no le gustaba tocar mi verga solo logre que un par de veces la tomara y acariciara con sus manos, tampoco me permitía darle una buena mamada, sino ahí mismo se me desmaya ya que para ello era sucio y prohibido pero porque nunca lo había probado, de hecho el sexo anal lo probó a petición suya y no fue desagradable, eso será otra ocasión que se las cuente.
    
    Cuando ya mi amigo estaba listo para otro round, ella solo decía ligeramente “ahorita... ahorita… espérate… no estás cansado...” era porque yo ya tenía la punta de mi verga en la entrada de su húmeda y caliente panocha, mientras ella cerraba sus piernas para evitar que la penetrara, y sus súplicas de que estaba cansada, pero yo no estaba para perder esa oportunidad, así que entre besos le acallaba sus negativas, la miraba a sus ojos verdes hermosos mientras mi falo avanzaba en su panocha que estaba más que húmeda.
    
    Con el paso del tiempo nuestros encuentros ya era natural que no usara preservativo, por lo que mi pene entraba solo con nuestras humedades, al meter a fondo mi verga ella solo abría los ojos a lo máximo, y mientras nos besábamos ella solo sonreía y me miraba directo a los ojos, y con su boquita haciendo una voz ...
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