1. El préstamo: Claudia paga en abonos


    Fecha: 09/09/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... entrar le jalo la cabeza para meterla a fondo.
    
    —Despacio cabrón, la vas a desnucar.
    
    —Pinche morra está bien sabrosa no mames ¿cuánto por coger?
    
    —¡Puras mamadas carnal, es el trato si te gusta!
    
    —¡Me encanta!
    
    Con las manos se ayudaba para masturbarlos mientras su boca se ocupaba de uno y otro. Hasta que el gordo sacó su verga se vino en su cara, lo choros le mojaron la frente, estaban escurriendo cuando otros con más fuerza chocaron en sus ojos.
    
    —¡Hija de la chingada no mames que rico!
    
    —¡Mira como quedó la cabrona!
    
    Claudia sacó a tientas su toallitas y limpió a conciencia su cara.
    
    —¿Así tampoco mija?
    
    —No…
    
    —¿por que?
    
    —Es mucho… no me gusta.
    
    —¡Es mucha leche ja ja ja!
    
    —Tremenda pendeja.
    
    Salió enojada y se fue pensando en no volver a hacer eso con dos tipos a la vez. Y lo conseguiría. Al día siguiente cuatro tipos esperaban con sonrisas perversas.
    
    Al parecer traía a todos sus amigos, cerró la puerta antes de que ella quisiera escapar.
    
    —A este paso, vas a acabar de pagarme muy rápido niña.
    
    —¿Y es mayor?
    
    —Sí, cumplió dieciocho hace quince días.
    
    —Neta está bien sabrosa —dijo el gordo de la semana pasada.
    
    —A darle mija, no vinimos a platicar.
    
    Apenas empezó sentía una tras otra las vergas entrar a su boca sin descanso, chupaba y jalaba con ambas manos. Le dolía la mandíbula y tenía adormecidos los brazos. Mientras escuchaba a todos festejas al rededor suyo.
    
    —¡Pinche chamaca pitando mames!
    
    —Pinche boquita y mira ...
    ... como mamá verga la cabrona.
    
    —¿En su cara dijiste?
    
    —¿A poco ya? —Preguntó Manuel de modo burlón.
    
    —¡No a diario te la chupa una morrita así de rico!
    
    Uno a uno fueron terminando sobre su rostro, manchando un poco su cabello. Sus párpados le pesaban, no abría la boca porque se filtraba el semen en su boca. Sentía como escurría por su cara el fluido tibio de esos cuatro tipos que reían para sí, festejando el tenerla como su puta.
    
    Se acabó las toallas y no limpió por completo el semen, salió a comprar agua y el señor de las nieves la miraba enjuagarse incrédulo.
    
    No fue hasta el viernes, aún le dolía la quijada, Manuel le prometió que solo sería el, así que llegó a tiempo su kit de limpieza, pero apenas y cabían en esa pequeña oficina. Eran siete en total. Claudia se quedó en el umbral de la puerta. La jaló Manuel y ella con la cabeza abajo, balbuceaba que no quería. Pero con el ruido de todos nadie la escuchaba, algunos le estaban metiendo mano en el culo y en sus tetas. Así que se arrodilló para terminar de una buena vez con eso. El primero que puso su verga frente a su boca fue el señor de las nieves, que sonreía de oreja a oreja.
    
    —¡Viejo cabrón!
    
    —Los mejores mil pesos invertidos en mi vida.
    
    Mientras ella se ocupaba de chupar cuanta verga le llegaba, un mar de manos logró zafarle la camiseta y bajarle un poco el pantalón. Dejando a la vista sus nalgas perfectas. No tenía manera de detenerlos. Solo mantenía la boca abierta recibiendo trozos de carne sin ...
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