1. Aventuras universitarias: debut mutuo y el principio de todo


    Fecha: 26/08/2022, Categorías: Primera Vez Autor: titogemi, Fuente: CuentoRelatos

    ... con mucho dolor en su cuello y hombros para concentrarse en estudiar... si podíamos parar un rato. Y como chanza me dice que podría saber masajes para ser un compañero completo.
    
    “Pues algo de eso hay” fue mi respuesta porque le explique que conocía un poco el tema por haber leído de digitopuntura y esas cosas. En realidad, mi experiencia se limitaba a un par de libros y algunas prácticas familiares, pero me animaba a hacerlo si quería.
    
    Acepto mi propuesta y se acomodó en un sillón bajo de mi departamento, para que mis brazos extendidos llegaran justo a sus hombros, comenzando con mis manos a masajear lentamente pero con firmeza sobre sus hombros, causándoles alivio al mover sus músculos que estaban demasiado tensos. Trate que el hacerlo sobre su blusa no le causara daño, aunque pronto ella para su comodidad abrió un poco la prenda al desabotonar algunos botones y dejando sus hombros descubiertos.
    
    Mis manos hacían un trabajo tranquilizador al abrazar con mis palmas sus hombros, mis dedos se deslizaban hasta su cuello el cual acariciaban, tomando con mis pulgares su cuello que acariciaba con firmeza y dulzura. Después de un rato sentí se aflojaba y como sus palabras eran gemidos de agradecimiento. Mis manos se deslizaban sobre su pecho, arriesgando cada vez más en su avance una llegada profunda. Yo también me sentía relajado y tenso al mismo tiempo.
    
    Por la lentitud que avanzaban mis masajes no detectó mi osadía, -o detectada la aceptó-, hasta que la punta de mis ...
    ... dedos tocaron su corpiño… casi por azar… pero adivine sus pechos firmes cuando mis dedos avanzaron a ese valle tan deseado. Si bien lo acepto sentí que subía su mano para evitar un mayor avance, aunque luego la bajo… y no dijo nada. ¿Sería un permiso?
    
    Decidí seguir mi masaje, seguí en su cuello sentado en un pequeño banco jugando con mis dedos en sus orejas, con sus lóbulos entre mis dedos convertidos en juguetes de deseo, recorriendo las formas de sus orejas, y así acerqué mis labios para preguntar dulcemente si le gustaban mi trabajo… que respondió con un “si” muy aletargado y somnoliento.
    
    Aprovechando mi proximidad ahora fueron mis labios los que se acercaron a su cuello y suavemente lo masajearon alternando con la punta de mi lengua la que acerqué a sus orejas…sintiendo que no le incomodaba y sus movimientos de cabeza posicionaban mejor su rostro para ser mimado… besado… pero preferí seguir con mis jugando con mis manos que ya se acercaban también a sus pechos.
    
    Ahora jugaba con su corpiño que medio suelto permitía acariciar su piel hasta llegar a sus pezones que se habían puesto muy duros.
    
    Al tocarlos, solo atino a dar un pequeño grito de placer y con su boca medio abierta invitar a que la besara. No quise dejar su deseo inconcluso y mis labios tocaron los suyos, muy suave, con mis dientes realizaba pequeños mordiscos en esos labios que se me antojaban como un néctar inimitable, que se humedecía al tiempo que nos mimábamos mutuamente, donde con el jugueteo de ...