1. Los 22 centímetros de la polla de mi tío


    Fecha: 05/08/2022, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    Hola, desde hace unos días tengo algo que me oprime el pecho, tengo un secreto, un gran secreto que nadie sabe, un secreto que necesito contar.
    
    Me llamo Lara y tengo 24 años, soy una mujer del montón normalita en cuanto a físico se refiere, tengo el pelo largo de un rubio oscuro, ojos grandes de un color avellanado, bonitas piernas, delgada, caderas no muy anchas y cintura estrecha, los senos siempre he pensado que los podría tener un poco más grandes, pero la verdad que no me quejo, mis areolas grandes y de un color clarito terminado en unos pezones puntiagudos, mido 1,67 y lo que más me gusta de mí, es mi sonrisa con los labios carnosos y una dentadura blanca perfecta.
    
    Como os decía hace más de dos años oculto un secreto, una infidelidad, una locura y no una locura cualquiera, no eso sería demasiado fácil, hasta hace unos días no he querido ver las grabes consecuencias que esto podría acarrear, pero todo ha cambiado, llevo dos años mintiéndome a mi misma no queriendo reconocerlo y por fin lo he hecho, todo empezó aquella semana tan calurosa del mes de julio antes de coger vacaciones, había tenido unos días muy estresantes en el trabajo, unos días para olvidar cuando llego por fin el fin de semana, tocaba relajarse y salir con los amigos, decidí bajar al jardín para hacer algo de yoga, darme un baño en la piscina y leer tranquilamente aprovechando que tenía toda la casa para mi sola, tanto mis dos hermanos como mis padres se habían ido ese día temprano.
    
    Después de ...
    ... hacer una hora yoga me quité las mayas para nadar un poco, me encantaba ese tipo de días donde me podía relajar sola en la piscina y tomar un poco el sol sin que nadie me molestase, ni mis padres, ni mis hermanos haciendo el bruto con sus amigos, un día de esos que te llaman a estar en paz y poder tumbarte tranquilamente leyendo un buen libro, o simplemente descansar tomando el sol mientras que sientes esa ligera brisa que viene del mar, donde solo oyes el trino de los pájaros o quizás, las risas de los niños al jugar en la lejanía en una de las casas aledañas a la nuestra, la verdad que esos días no tenían precio y más después de una semana como la que había pasado.
    
    Me senté en el césped mojado y mientras secaba mi melena un poco pensaba en Javier, mi novio, el muy tonto no se había querido venir porque tenía cosas que hacer, con mis dedos peinaba mi pelo y pequeñas gotas caían sobre mi cuerpo recordando la última vez que estuve con él en casa, como recorría con sus besos mi cuerpo desnudo recién levantada después de haber tenido una noche bastante apasionada, empecé a sentir como esas pequeñas gotas que caían de mi pelo sobre mi cuerpo, sobre mis pezones hacían que estos empezaran a endurecerse, como mi cuerpo reaccionaba con aquellas imágenes en mi cabeza, apretando mis muslos, presionando mi sexo sintiendo el calor de mi interior humedeciéndose.
    
    Mi mano izquierda empezaba a acariciar mi vientre y los dedos se metían por debajo de la braguita del bikini, un bikini de ...
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