1. El mejor reconocimiento médico de mi vida


    Fecha: 16/07/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: franmm, Fuente: CuentoRelatos

    ... bata por encima de la cintura. El pene y los testículos quedaron a la vista de las dos, pero no lo suficientemente accesible. Noté que la camilla se movía, estaba subiendo y reclinándose hacia atrás. Después de unos segundos, mis genitales estaban a su disposición, a la altura de sus caras, y yo no veía nada, estaba totalmente tumbado.
    
    La doctora Hernández se acercó para que pudiera verla y me puso la mano en el hombro mientras me hablaba.
    
    -Te contaré lo que vamos a hacer. Primero, mi compañera y yo exploraremos tu pene y tus testículos. Buscaremos si hay algún bulto o algo que no deba estar, ¿de acuerdo? No sentirás nada más que algunas manos trasteando por allí abajo… -Sonrió. Tenía una cara preciosa, rubia, con el pelo liso.
    
    -Lo que tengáis que hacer. –Contesté más relajado.
    
    -Cuando terminemos con esto te contaré lo que vamos a hacer a continuación.
    
    ¿A continuación? ¿Había más? Me daba un morbo espectacular que dos mujeres estuvieran tocando mis huevos sin que pudiera verlas. Empecé a notar que la sangre bajaba…
    
    Se acercaron a una mesa y cada una cogió dos guantes de látex blancos que se enfundaron con facilidad. Mi excitación seguía creciendo…
    
    De repente, sin avisar, noté las manos de una de ellas bajando mi prepucio y dejando la cabeza del pene totalmente descubierta. Estaba empalmado a tope, sabía que aquello debía estar lleno de líquido preseminal…
    
    -¿Tienes pareja estable, Francisco?
    
    -No.
    
    -¿Cuánto hace que no practicas sexo?
    
    -Emm… ...
    ... varios meses… -¿Me estarían preguntando por mi excitación?– Siento la erección, no esperaba “esto”.
    
    -Tranquilo, -escuché entre alguna risa tímida– es normal. Tú relájate que pronto acabaremos con esta parte.
    
    “Esta parte”. ¿Qué es lo siguiente...? Durante varios minutos noté sus dedos expertos recorriendo mi pene, mis testículos, palpando, apretando. Diferenciaba las manos: unas, más finas, las otras más fuertes… Hablaban entre ellas en susurros, pero no entendía lo que decían. Era una sensación bastante agradable. Seguía empalmado a tope, pero mantenía el orgasmo lejos, no quería darles un baño inesperado…
    
    -Muy bien. Esto está perfecto. Tienes unos genitales muy sanos. –Dijo la doctora Hernández mientras me incorporaba la camilla. -Puedes bajar los pies de los estribos.
    
    Bajé los pies y me quedé sentado en la camilla. No sabía si vestirme o no, pero la doctora se adelantó a mis movimientos.
    
    -Francisco, te diré lo que vamos a hacer a continuación. Como te hemos comentado, necesitamos una muestra tuya de semen para analizarla.
    
    -No hay problema, ¿dónde puedo pasar? –Miré a mi alrededor. Con la excitación que llevaba no iba a tardar ni un minuto en masturbarme.
    
    -No, verás, necesitamos que la muestra no se contamine. Además, queremos ver el flujo de tu eyaculación. –Mi gesto cambió, otra vez volvía a estar rojo…- Vamos a estimular tu próstata con un aparatito que da una pequeña descarga eléctrica para provocarte la eyaculación.
    
    -¿Cómo? –Estaba boquiabierto, no me ...
«1234...»