1. Hermanos universitarios


    Fecha: 14/07/2022, Categorías: Incesto Autor: donescrytor, Fuente: CuentoRelatos

    ... y el radio reloj de luces rojizas marcaba justo esa hora. Adriana, estaba ya en el baño con la luz encendida y la puerta medio abierta a punto de salir con su toalla envuelta desde sus pechos hasta un poco encima de las rodillas como era habitual en ella
    
    Olvidó aplicarse una crema de cuerpo y sencillamente dejó la toalla a un lado quedando completamente desnuda. Tal vez pensaría que yo dormía profundamente, se sintió segura y no tuvo el cuidado de cerrar completamente la puerta, pero yo me había levantado a esperar sin ruido en la penumbra a que ella saliera. Entonces no pude evitar mirar más por descuido que por intención la piel desnuda a través de la rendija de la puerta medio abierta por la que se escapaba un haz de luz nítido. Pensé en tornar mi mirada hacia otro lado, pero al saberme protegido por la oscuridad, tenía la certeza de que yo la podía verla, pero ella difícilmente a mí. Así que le di rienda suelta al morbo que se apoderó de mi curiosidad y contemplé atónito sus senos grandes de aureolas rosadas y pude divisar sus nalgas tersas y blancas. Me deleité la vista por un par de minutos y cuando vi que se había terminado de aplicar la crema y tomó su toalla, me metí sigilosamente a mi cama para que ella no sospechara que yo la estaba espiando.
    
    Nunca antes tuve un mínimo mal pensamiento con ninguna de ellas, pero no supe bien por qué me picó la curiosidad de verla desnuda ésta vez. Quizás porque ya yo era mayorcito y ahora había otros intereses y malicia sexual ...
    ... que antes no tenía. Fuera por la razón que fuera, lo cierto es que sentí ese impulso indecente una vez que me vi en esa situación de morbo oportuno.
    
    Ella salió con mucho cuidado del baño para no estropear mi sueño. Esperé que entrara a su alcoba y entonces me fui a orinar. Lo hice, pero no podía dejar de pensar en el cuerpo desnudo de mi hermana, en sus senos grandes y su cabellera abundante negra cayendo mojada sobre su espalda. Me reincorporé en mi sofá, pero no podía conciliar el sueño.
    
    Pensaba en Adriana y eso me hacía sentir incómodo. Mi verga se puso dura y al sobarla con mis dedos, una gotita de baba había supurado de mi glande. Fui consciente de golpe lo mucho que me había estimulado ver a Adriana desnudita. La suavidad de mi dedo resbalando grasosamente sobre la punta de mi pene, me estimuló tanto que no pude evitar masturbarme con furia. Intentaba pensar en Patricia, en la última cogida que nos habíamos dado horas antes de que yo tomara en autobús para partir, pero era mi hermana quien se me venía a mi cabeza. Recreaba en mi mente cómo debía ser su vagina que no pude ver en la escena de hacía pocos minutos. ¿La tendría peluda o depilada?, ¿sería rosada como el color de sus pezones?, ¿sería alargada o más bien sería gordita y recogida como la de Patricia?, qué morbo raro para con mi propia hermana. ¡Dios! ¿Para qué engañarme?, lo estaba disfrutando. Me jalé la verga asiduamente. Mojé completamente mi calzoncillo de semen. Tuve que volver al baño para limpiarme ...
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