1. Participamos los cuatro


    Fecha: 23/06/2022, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... coger mis huevos, que sueltos van chocando una y otra vez con las nalgas de ella. Me los aprieta, siento un dolor y un gusto tan intensos que me arrugo como un trapo.
    
    Luego pasa la mano desde mi culo, pasando por encima de la cadera hasta llegar al vientre. Baja la mano hasta poner mi polla entre la abertura de sus dedos. Pone la palma plana sobre mi pubis y me pide que la clave hasta el fondo.
    
    Así lo hago, teniendo la mano entre mi cuerpo y el culo de Luciana. Así Rosa recibe todos y cada uno de los empujones sobre su mano, mientras su cuerpo acompaña al mío en este vaivén incesante y maravilloso.
    
    Siento como se aplasta contra mí, tratando que mi penetración sobre Luciana sea lo más profunda posible, y además con una cierta brusquedad.
    
    Rosa quiere follar a su amiga teniéndome a mí como su instrumento de placer.Pasados unos minutos me hace tirar hacia atrás, haciendo que mi polla se salga del hoyito tan húmedo y caliente donde estaba disfrutando tanto.
    
    Me la coge y como si fuese la suya propia, la va restregando por el culo y los labios de la vagina de su amiga. Me siento desfallecer ante ...
    ... un frote tan intenso.
    
    Luego me la empieza a menear lentamente, haciendo que la punta vaya golpeando repetidamente contra el coñito de ella. La condenada sabe hacerlo bien, y cuando nota que me pongo tenso y la eyaculación esta próxima, se detiene, me la aprieta o me aplasta un poco los huevos.
    
    Con esto consigue retrasar una y otra vez mi deseada explosión. Por suerte, luego la dirige de nuevo al chochito de Luciana, que no deja de destilar abundante flujo, la humedece bien y me la vuelve a menear hasta llevarme a borde del orgasmo.
    
    Finalmente, me adelanto a sus artimañas y llego hasta el final. Una avalancha de semen sale disparada hacia la espalda de la Luciana.
    
    Rosa aprovecha para darme otros meneos intensos y así me saca en diferentes andanadas toda la leche que almacenaban mis doloridos huevos desde hace rato.
    
    Es tan grande el placer, que las piernas se me doblan y debo apoyarme en el sofá. Cierro los ojos y dejo que Rosa me termine de ordeñar con mucho mimo.
    
    Antes de abrir los ojos, siento como una boca aterciopelada engulle mi reblandecida polla y la llena de caricias con la lengua. 
«12345»