1. Pide ayuda a su madre para satisfacer a su novia


    Fecha: 19/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... que disfrute una mujer? Si no hago que Charlie disfrute puedo perderla.
    
    -¡Qué manía de llamarle Charlie si Carmen es más bonito! A ver, hijo. ¿Me estás pidiendo que folle contigo?
    
    -Te estoy pidiendo un favor muy grande, Antonia.
    
    Antonia respiró hondo, y le dijo:
    
    -No te puedo hacer ese favor, cariño.
    
    Casi llorando, le dijo:
    
    -Mi vida sería un infierno sin ella, Antonia.
    
    -Soy tu madre cielo. No te puedo ayudar. Sería un pecado mortal... Cómo máximo te lo podía explicar hablando.
    
    -Eso no me vale, Antonia.
    
    Gonzalo se retiró a su habitación.
    
    Los tres días siguientes, al llegar a casa del trabajo, comía, cenaba y casi no hablaba con su madre. Antonia lo veía deprimido y le daba pena. El viernes por la noche, justo antes de la cita, Antonia ya no soportó más ver a su hijo más triste que un alma en pena.
    
    Gonzalo llegó a casa, ceno, se duchó y cuando se iba para cama, Antonia, lo llamó.
    
    -Ven un momento, cariño.
    
    Gonzalo fue junto a su madre. Antonia llevaba puesta una blusa blanca, una falda marrón y calzaba unas zapatillas.
    
    -¿Qué quieres, Antonia?
    
    -¿Aún quieres que te aprender a hacer el amor?
    
    -Sí.
    
    -Sé que me condeno al fuego eterno, pero una madre para que un hijo sea feliz debe hacer cualquier cosa -se levantó del sillón-. Bésame con lengua, dulcemente, luego mírame, al quitar un botón del ojal vuelve a besarme, y sigue haciéndolo después de cada botón hasta quitarme la blusa.
    
    Gonzalo hizo lo que le dijo su madre y pilló un ...
    ... empalme bestial. Al quitarle la blusa, le dijo:
    
    -Bésame de nuevo mientras me quitas el sujetador.
    
    El beso duró una eternidad, ya que Gonzalo no daba abierto el dichoso sujetador. Lo tuvo que quitar su madre, que sonriendo le dijo:
    
    -Suele pasar cuando el hombre es primerizo. No te preocupes, si te pasa con ella lo entenderá.
    
    Gonzalo vio las tetas de su madre, unas tetas esponjosas, medianas, con areolas rosadas y gorditos pezones y esperó instrucciones.
    
    -Bésame y amasa mis tetas cogiéndolas de abajo a arriba.
    
    Antonia le echó la mano al paquete a su hijo y sintió cómo le latía la polla.
    
    -Lame mis pezones sin dejar de amasar las tetas y después chúpalas, muérdelas y muerde mis pezones.
    
    Gonzalo lamió, chupó, mordió los pezones, y fruto de su inexperiencia, mordió de más.
    
    -No muerdas tan fuerte que me haces daño, cielo. Dale mordiscos suaves a los pezones, o sea, amaga con morder, pero no hinques el diente -Gonzalo mordió con suavidad- Así vida mía, así.
    
    Gonzalo, excitado, bajó una mano y sacó la tralla de su cueva. Antonia, al tenerla en la mano, se separó de su hijo, la miró, y le dijo:
    
    -¡Parece una morcilla de Burgos!
    
    Antonia se había calentado y no pudo contenerse. Se puso en cuclillas, mirándola, la meneó, metió la cabeza en la boca, mamó y Gonzalo descargó cómo un burro. Una corrida tan grande que Antonia se tragaba gimiendo. Luego se levantó, y con leche en la boca besó a su hijo, y le dijo:
    
    -Si te corres en sus tetas, lame tu leche y ...
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