1. Madre no hay más que una


    Fecha: 19/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... tonto.
    
    Estaba disfrutando como nunca en mi vida, hasta que ocurrió una situación que lo cambió todo.
    
    Habíamos salido del agua, yo iba delante y mi madre se escurrió un poco con el borde de la piscina. La agarré de la muñeca para que no se cayera y tuve sus pechos grandes frente a mi botando bajo ese sujetador verde.
    
    Esa visión provocó que mi pene creciera un poco bajo el bañador. Mi madre ni se enteró y tras agradecerme que la sujetara, nos tumbamos en la hamaca.
    
    Se puso las gafas de sol y la pamela y se quedó dormida enseguida. Yo a su lado me giré y me fijé en que unas gotas de sudor se escurrían desde su cuello hasta su escote.
    
    Su pecho subía y bajaba al respirar. Las gotas de sudor se iban haciendo más grandes y mi pene se enderezó del todo provocándome una erección bastante grande. Me cubrí enseguida con la toalla aunque ella no podía enterarse.
    
    Yo también me dormí y cuando desperté, noté una sombra. Pensé que se había nublado, pero era mi madre que estaba agachada frente a mi, con las gafas de sol y la pamela.
    
    -Cariño, te has quedado dormido, me dijo. Ya es hora de comer. Volvamos al apartamento.
    
    Me levanté y ella me cogió de la mano. Nos fuimos así al apartamento. Afortunadamente ya había perdido la erección.
    
    Mientras yo dormía ella había encargado paella para comer. Así me dijo, no tendríamos que preocuparnos de hacer comida.
    
    Comimos en la cocina que tenía una puerta corredera que daba a la terraza. Estábamos a la sombra y entraba el ...
    ... aire por lo que se estaba muy a gusto.
    
    Mi madre seguía con el bikini puesto, por lo que tenía a la vista sus dos preciosos pechos. Algunas gotas de sudor volvieron a aparecer en su escote. Yo trataba de mirar el arroz para que no se diera cuenta de que no podía quitar ojo de sus pechos.
    
    Una erección urgente volvió a mi. Enseguida estaba de nuevo empalmado. Me puse nervioso y tiré el tenedor al suelo.
    
    Al agacharme para recogerlo vi sus piernas cruzadas. Sus muslos eran increíbles. En la piscina no me había dado cuenta. Nunca había visto a mi madre desnuda ni en ropa interior hasta ahora y sé que la gente que escribe estos relatos dice que su madre está bastante buena para su edad, pero en mi caso es totalmente cierto.
    
    A partir del tropezón en la piscina y de esa comida, empecé a ver a mi madre como lo que era, como una mujer y no como una madre. Una mujer a la que podrías follarte hasta que no te quedara una gota de semen en el cuerpo y a la que le dejaras el coño escocido de tantas veces como te la hubieras follado. Sé que lo que digo es una barbaridad, pero en ese momento no la veía de otra forma.
    
    Acabamos de comer y mi madre me sonrió mientras me retiraba el plato. No me dejó ayudarla a fregar y no sé si realmente fue peor, porque claro, se puso a fregar de espaldas a mi, sin pareo, con su culo a la vista con ese tanga que os dije que llevaba moviéndolo de un lado a otro mientras fregaba y aquello fue lo más.
    
    Tuve que excusarme para ir un momento al lavabo a ...
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