1. Preñada por mis hermanos


    Fecha: 19/06/2022, Categorías: Incesto Autor: albertolobat, Fuente: CuentoRelatos

    Hace tiempo que vengo cosechando esta fantasía que me revuelve la cabeza, poder sentirme tocada y disfrutada por mis hermanos. Tengo dos, uno mayor, Tomás, de veintiocho años y uno más chico que yo, Jacobo, de veintidós. Vivimos juntos en la casa de nuestra madre, separada.
    
    Siempre sospechaba que mis hermanos guardaban algún tipo de fetiche conmigo, las veces que me vieron en paños menores o en bikini notaba como me saboreaban con la vista. Y yo debo confesar que me impregnaban diversas sensaciones cuando eso pasaba, notando cómo de en algunas ocasiones la excitación me hacía mojar la entrepierna.
    
    Una noche ya supuse que era suficiente, tenía que resolver este asunto como fuese. Me daba la sensación de que mis hermanos me deseaban y yo no estaba pudiendo satisfacerles sus deseos. ¿Qué clase de mala hermana era acaso? Estaba tranquila en mi cuarto, tocándome mientras leía un relato pornográfico en Internet. Algo sobre incesto, que me puso a mil, acelerándome el pulso.
    
    Me detuve en un momento… Quizás era el momento de aprovechar la situación. Nuestra madre estaba en este momento haciendo una guardia extra en el bar. Estábamos nosotros tres solos en la casa. Salgo de mi cuarto y voy por el pasillo a lo de Tomás. Golpeo suavemente la puerta de su cuarto.
    
    —¡Oye Tomás! —susurro quedamente— ¿estás despierto?
    
    —Sí, ¿qué quieres?
    
    —Déjame pasar, ¿vale? Ya te cuento.
    
    —Bueno, pasa, pero que sea importante.
    
    Abro la puerta e ingreso al cuarto. Mi hermano Tomás era ...
    ... particularmente desordenado, sabía que tenía su colección de revistas traviesas debajo de la cama (¡todavía existen esas cosas!). No había nada particularmente interesante, salvo un ordenador que seguro debía usar para su pornografía y diversos trastos que no vale la pena mencionar.
    
    El cuarto está a oscuras, mi hermano está acostado en la cama, en calzones. Me acerco a la cama y me apoyo en ella con mis codos. Tengo la cara de mi hermano a pocos centímetros.
    
    —¿Qué quieres? ¡Mañana tengo que madrugar!
    
    No pierdo tiempo en explicaciones, era ahora o nunca. Le como la boca de un fuerte beso. Evidentemente lo tomo un poco por sorpresa, pero no me rechaza. Más al contrario, me agarra del cuello y me retiene en el beso. En un momento nos separamos la cara.
    
    —¡Ah, puta tenías que ser, Martina! ¿Qué carajos se supone que es esto?
    
    —¡No me vengas con recriminaciones ahora, Tomás! Bien que te gustó.
    
    No me responde, sino que directamente me vuelve a agarrar la cara para estamparme otro beso. Siento su lengua metiéndose en mi boca, y sus manos como me van magreando, tocándome los pechos, sintiéndome los pezones que ya están completamente duros por la excitación.
    
    La verdad, cuando pensé en esto inicialmente no sabía con cuál de mis dos hermanos debía acudir. Creo que he acertado, Jacobo es todavía demasiado inmaduro e inocente para entender una cosa así. O eso pensaba yo…
    
    —¡Jacobo! —grita Tomás— ¡Deja de manosearte tu polla y ven para acá!
    
    Abro los ojos con algo de ...
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