1. Madre soltera busca trabajo


    Fecha: 14/06/2022, Categorías: Hetero Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    ... departamento, cuando me jugué el todo por el todo. Habíamos estado conversando sobre sus hijos. Estos estaban en un colegio de paga y, dadas las nuevas circunstancias, ella pensaba sacarlos y llevarlos a una escuela pública, de gobierno, pues claro que no podría continuar pagando las colegiaturas. Fue ahí que le hice ver que eso sería perjudicial para los chicos pues, la verdad, el nivel de las escuelas públicas en estos días está por los suelos. Pero más que eso estaba la ruptura de sus relaciones sociales en su actual colegio. Le comenté que debería tener en cuenta que ese tipo de relaciones son fundamentales para su futuro.
    
    Ella sopesó mis palabras y yo me sentí con “un pie adentro”, la tenía donde quería. No esperé más, le ofrecía cubrir sus colegiaturas por un año a cambio de un servicio extra.
    
    Por supuesto no aceptó de inmediato, pero luego de un rato de insistencia lo hizo.
    
    Laura se retiraba la última de sus prendas frente a mí. Sus carnes morenas, sus carnes de madre, eran tan bellas como siempre había imaginado, deliciosa. Era una preciosura de mujer, una súper hembra de culo latino. De verdad que no entiendo por qué el marido fue tan pendejo de dejarla. Dudo que encontrase alguien mejor.
    
    Tras señalar lo obvio ella respondió a mis calificativos de su belleza con silencio. Se le notaba ciertamente avergonzada de mostrar su cuerpo a un extraño, pero es que debía saber que estaba haciendo un buen trato. Ya le había depositado parte de lo prometido en ...
    ... su cuenta bancaria, vía digital y le prometí que mes con mes cumpliría.
    
    Tras haber gozado de ver su cuerpo al desnudo mientras continuaba con las labores hogareñas (el trato era que terminaría su faena así, encuerada, como si nada) le pedí que también hiciera mi recámara. Eso no había estado contemplado en un inicio, sin embargo, como no era demasiado aceptó. Claro que yo tenía mi plan.
    
    “Oye, estarás de acuerdo que yo me ponga cómodo”, le dije señalándole que, según nuestro trato, yo no tenía prohibido sacarme la ropa también, total, mientras no me le fuera encima. Y así que lo hice. Ella, por supuesto, se mostró incómoda de verme ahí desnudo. Yo por mi parte me senté en un sillón y viéndola dejé que una erección diera perfecta cuenta de lo que ella me provocaba. No sólo la dejé ser, sino que procedí a atender mi falo sobándolo, dándole a entender que ella me excitaba hasta tal punto.
    
    Laura trató de simular que eso no le afectaba, pero fue evidente que sí. Su nerviosismo e incomodidad fueron palpables para mí, y eso sólo hizo que la tuviera más dura.
    
    Mientras ella estiraba la funda de mi cama, con evidente incomodidad y nerviosismo trataba de detener sus bamboleantes senos pues éstos, al ser voluminosos, se balanceaban de aquí para allá cada que se movía.
    
    Lo que debía serle un atributo le avergonzaba, no podía creerlo. Se le bamboleaban de una forma riquísima para mí, aunque vergonzosa para ella, qué contradicción.
    
    «Es que estás bien dotada, no debes de ...
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