1. Entrenada por los muchachos (Final)


    Fecha: 04/06/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: EmmaReyRey, Fuente: CuentoRelatos

    Al abrirse la puerta número 3, Marino la empujó dentro y cerró detrás de sí. El cuarto desprendía un aroma a sexo, queso rancio y humedad que podía cortarse con un cuchillo, las paredes estaban negras casi en su totalidad y de mobiliario podían contar solo con un colchón en el piso con las sábanas sucias, una mesita de noche con un cenicero, una caja de condones y una botella de vino ya abierta, en el suelo habían varios condones usados y más botellas vacías, hasta el final Daniela pudo ver una silla de madera en un rincón, misma que Marino trajo hacia el centro y la hizo sentarse en ella mientras él se volvía a desabrochar el cinturón del pantalón.
    
    —Me la vas a chupar, perra, y los vas a hacer bien, ¿escuchaste?
    
    —Sí, lo haré.
    
    —¿Sabes hacerlo verdad? —Daniela asintió—. Claro que sabes, esa carita de mosca muerta solo es una fachada, eres una puta por dentro, una zorra para ser usada y amaestrada. Ya verás cómo sales de aquí bien educadita para mamar y coger cuando se te dice, Rabanito.
    
    —Sí, señor —respondió Daniela, tomando su verga gorda y larga entre sus manos. Tenía un olor a orina bastante desagradable, pero estaba decidida a sentirse tan bien como con Bartolomeo y Felipe, y sabía que la verga de Marino podría ayudarla, así que la tomó entre sus labios y la chupó hasta casi la mitad de una vez, y luego otra, y otra, otra vez… Escupía en esa verga y la llenaba con su saliva con devoción hasta que estaba limpia y bien lubricada. ¡Plop!, se escuchaba cuando la ...
    ... sacaba de su boca para escupirla y sacudírsela con sus bonitas manos manicuradas.
    
    —Eso es, puta, chúpamela. Lo haces bien, lo haces bien, así —decía clavándosela en la garganta y sujetándola del cuello—. Así, así, así… —La cabeza de Daniela se sacudía y la respiración se le cortaba al sentir esa verga en su garganta, las manos del maduro hacían imposible que se pudiera zafar de su agarre, todo lo que podía ver era la barriga peluda y prominente de Marino, su mata de vellos rizados y eso hasta que los ojos se le llenaban de lágrimas y la respiración se le cortaba; pero le encantaba y su coño ya estaba babeando tanto como su boca—. ¿Te gusta que te cojan la boca, zorra? ¡Ugh! Me encantaría ver cómo te tragas mi leche pero quiero cogerte, ven aquí.
    
    Le sacó la verga de la boca y la sensación la dejó como una niña sin su juguete favorito, pero esto pasó cuando Marino la tomó del cabello y la lanzó al colchón, le sacó la camisa sobre la cabeza dejándole las tetas al aire, le subió la faldita hasta la cintura y le dio una palmada en le coño.
    
    —Mira cómo estás, puta, mojada como una salamandra. ¿Quieres verga? ¿Esto es lo que quieres, eh? —Preguntó sacudiéndose la verga frente a ella y luego dándole golpecitos por toda la cara con ella—. ¿Dime? ¿Quieres ésta verga?
    
    —Sí, quiero su verga, señor —respondió Daniela, dócil como un cordero mientras le golpeaban los labios con la punta de esa verga, sacando la lengua para pasarla por el agujerito que supuraba líquido preseminal de ...
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