1. Melissa (Capítulo 2): Su culo en agradecimiento


    Fecha: 30/05/2022, Categorías: Anal Autor: Heathcliff, Fuente: CuentoRelatos

    Después de nuestro primer encuentro se atravesó el fin de semana, y en mi mente le daba vueltas y vueltas a lo ocurrido entre nosotros, había sido, en una palabra: magnífico, Melissa era una fiera sexual y, afortunadamente, había decidido descargar su ímpetu en mi.
    
    El fin de semana me masturbé un par de veces a su salud, sin embargo, eso no era suficiente para acallar las ganas de verla de nuevo.
    
    El lunes, de nuevo hubo mucho trabajo y pasé tarde la visita vespertina, solo para dar el alta al papá de Melissa que para bien ya se había recuperado.
    
    -Bueno, es momento de irse a casa, lo cual es una fortuna -dije alegre por el señor, pero miré nostálgico a Melissa porque sabía que no la vería tan seguido como ahora.
    
    -Muchas gracias Doctor, es usted muy bueno -dijo agradecido el señor- verdad que es muy bueno? Dile hija.
    
    -Sí, es muy bueno papá -dijo Melissa devolviéndome una mirada furtiva.
    
    -Bueno, iré a preparar su hoja de alta y recetas, y vuelvo en breve -dije y me retiré, no sin antes echar una última mirada a ese cuerpo escultural.
    
    Melissa se veía fenomenal, llevaba su vestimenta habitual, un top blanco que cubría su escaso pecho pero que transparenta sus rosados pezones, y un pantalón de lycra a juego que, mentalmente, me hacía babear imaginando los tesoros que apenas guardaba. Recordé su iniciativa de ir sin ropa interior y sonreí para mis adentros.
    
    Fui al consultorio para apurar el papeleo, con suerte vería ese cuerpo una vez más, y quién sabe, tal ...
    ... vez la invitaría a salir con la intención de poseerla una vez más. Terminé muy rápido, cargué con todo y me apresuré a regresar, abrí la puerta y vaya sorpresa de encontrar a Melissa con un puño a punto de tocar la puerta.
    
    -Qué sorpresa -dije haciéndola pasar y la atraía a mi por la cintura.
    
    -Sí, es que venía a ver cómo llevabas lo del alta -contestó devolviendo mis caricias.
    
    -Así que vienes a supervisar -y la tomé de la nuca para besarla.
    
    Era obvio que hacía ahí y si ese no fuese el caso, que tonto sería yo sino incitara una situación más íntima.
    
    -No, en realidad, vengo a agradecerte por todo lo que has hecho por mi papá -y me respondía los besos cada vez con mayor pasión.
    
    -No tienes nada que agradecer, es mi trabajo y lo hago con gusto -agregó, pero no me quejo, al contrario, tengo lo que llevo días deseando.
    
    Seguimos besándonos, en la habitación se oyen nuestras respiraciones agitadas y ambos comenzamos a recorrer el cuerpo del otro, esta vez tenemos prisa, ambos queremos sentir al otro, queremos sentir de nuevo esa conexión. Mientras le beso el cuello la ayudo a desvestirme el torso, y yo que retiro el top, necesito sentir su piel en mi piel.
    
    -Eres divina -le digo levantándola y asentándola en el escritorio- y tus pechos son hermosos -agrego antes de lanzarme a comérselos.
    
    Como antes he dicho, sus pechos son pequeños, pero su manera de exhibirlos me fascina, el rosado de sus pezones en perfecto contraste con su blanca piel me hipnotiza, son algo ...
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