1. Destino... al placer


    Fecha: 20/05/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... levantó la cabeza y contempló la mirada del joven en el espejo retrovisor.
    
    Su cabello era oscuro y poseía una mirada enigmática. Sus ojos grises se clavaron en ella cautivándola.
    
    - Cada día sube a mi taxi. Por las mañanas soy yo quien la lleva al trabajo y, al término de la tarde, hacia su casa y nunca la había visto tan triste…
    
    Valeria nunca había caído en la cuenta de que siempre subía al mismo taxi.
    
    - Mi vida ha sufrido un giro de 180º. No se como afrontar mi día a día estando tan sola…
    
    - ¡No hable así! Una joven tan bella y eficiente no puede estar sola. Tendrá muchas amigas y una larga lista de pretendientes. Es más, no entiendo como es posible que lleve más de 8 meses subiendo a mi taxi y que, hasta ahora, no me haya atrevido a dirigirle la palabra. Mi nombre es Jaime.
    
    Su voz era muy masculina y grave pero tenía un tono muy dulce.
    
    Valeria no aguantaba las ganas de poder ver su rostro completo. Se sentía muy atraída por ese “conocido” que, hasta ahora, había pasado desapercibido ante sus ojos.
    
    - Mi nombre es Valeria.
    
    Las palabras no se atrevían a salir de su boca. Ese joven despertaba una tremenda curiosidad en ella.
    
    Valeria llegó radiante al trabajo esa mañana, deseosa de terminar su jornada laboral para volver a ver a Jaime.
    
    A la misma hora de siempre, la chica sale del bufete y se dirige hacia la parada de taxis. Ahí estaba él.
    
    - Buenas noches preciosa, ¿se dirige a su casa?
    
    - Buenas noches. Si, hoy ha sido un día muy ...
    ... duro…
    
    Casi habían llegado a su destino y no habían vuelto a cruzar palabra. Valeria quería saber más sobre él pero no se atrevía a decirle nada.
    
    - Muy bien, ya hemos llegado – dijo el joven. Tras un breve silencio, continuó- He pasado toda la tarde soñando despierto con sus carnosos labios. Nunca había conocido a una señorita tan sexy.
    
    Valeria no sabía que contestar. ¿Cómo decirle que ella tampoco había dejado de pensar en él? Era una señorita con clase, no debía.
    
    La chica se apresuró en salir del taxi antes de decir lo mucho que le atraía.
    
    Esa noche, la mirada de Jaime seguía presente en sus pensamientos. Valeria recordaba su voz y pronto pudo sentir como su ropa interior se humedecía.
    
    Cada vez estaba más excitada y perdió sus manos entre sus piernas. Valeria acariciaba su clítoris imaginando que eran las manos de Jaime. Pellizcaba sus pezones endurecidos por el momento de placer que estaba regalándose e imaginaba el pene erecto y firme de su taxista para introducir sus dedos en su vagina. Estaba tan cachonda que rápidamente su sexo palpitante alcanza el clímax.
    
    A la mañana siguiente, Valeria esta decidida a hablar con él. Le atrae demasiado como para dejar escapar esa oportunidad que el destino le brinda.
    
    Al llegar a la parada, busca ansiosa el taxi de Jaime pero este no esta. Valeria no entiende nada.
    
    La semana transcurre sin noticias de Jaime. ¿Cómo puede ser posible? La tristeza vuelve a inundar a la joven.
    
    Sus amigas no soportan verla así y la ...