1. La fiesta


    Fecha: 10/05/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que ahora es Anabel quien se acomoda entre las piernas de Mónica.
    
    —Mira Vero.
    
    Entreabre los labios vaginales de Mónica con delicadeza e introduce entre ellos su dedo índice, observo como subyace ente ellos el rosado clítoris en forma de una bolsita aforme y rosada que adquiere una desmesurada dimensión mientras el cuerpo se contrae espasmódicamente. Su cara sonrojada acusa un estado de excitación exacerbado y se hace evidente la humedad que provocan los flujos vaginales. Mónica emite profundos suspiros que confluyen en sonoros jadeos.
    
    —Sigue, Vero… no pares, por Dios, sigue.
    
    Vero y yo nos miramos y sonreímos la confusión. Vero decide no contradecirla entonces. Anabel cesa sus caricias e insta a Vero a retirarse a un lado. Mónica parece contrariada e instintivamente lleva su mano derecha a su sexo para acariciarse con enérgicos masajes, su cara es un poema y habla entre suspiros.
    
    —Vero, Vero… sigue por favor…
    
    Anabel me mira y hace un gesto con su cabeza, interpreto su oferta a la perfección y acudo de inmediato. Sitúo mis caderas entre las piernas de Mónica y esta abraza mi cintura con los brazos empujando mi cuerpo contra el de ella. Mi pene deambula en busca del objetivo y siento como Vero lo aferra con su mano para dirigirlo allí. Al principio introduzco lentamente el prepucio imprimiendo un sostenido vaivén, Mónica jadea y grita sin el mínimo rubor.
    
    —Te quiero Fer, métemela… métemela entera… hazme tuya…
    
    Se incorpora y aplasta sus pechos contra mi ...
    ... tórax, siento sus pezones como escarpas que laceran mi piel y me besa mientras acelero la cadencia provocando que la penetración alcance mis testículos. Observo a Vero y a Anabel frente a nosotros y la visión aumenta mi excitación. Se besan lascivamente mientras no dejan de mirarnos con el rabillo de sus ojos, percibo claramente sus voces aunque susurran entre ellas.
    
    —Anabel como has conseguido excitar a Mónica así.
    
    Sonríe.
    
    —Quieres experimentar algo parecido, ¿verdad Vero?
    
    Le devuelve la sonrisa y se recuesta sobre el sofá emulando la posición que antes adoptara Mónica.
    
    —Vas a sentir algo distinto.
    
    Hurga su sexo con sus dedos realizando movimientos concéntricos y sutiles. Vero exhala entrecortados jadeos. Separa tenuemente sus labios vaginales, Verónica alza sus brazos por encima de su cabeza y parece totalmente sometida, durante unos minutos Anabel somete su clítoris a precisas y estudiadas caricias que provocan literalmente que el cuerpo de Vero se convulsione entre gemidos de placer. Observo como la otra mano de Anabel acaricia su ano e introduce en él su dedo índice. Habla a su oído.
    
    —Has oído hablar del punto “G”, princesa.
    
    Vero no puede responder, solo gime.
    
    —Ahora vas a sentir una reacción extraña, no intentes evitarla ¿de acuerdo?
    
    Esta sudorosa y la tensión de sus facciones delatan su ansiedad, pero asiente con la cabeza sin dejar de jadear.
    
    —Ha…ré lo que me… ordenes, Anabel— entrecorta cada palabra varias veces.
    
    No doy crédito y ...
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