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¡sorpresa!
Fecha: 02/05/2022, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Nos trae una jarra de Sangría y luego la carta, por favor – ¿te parece bien Fabiola? – pregunto mirándome fijamente dejando en evidencia que mi mente estaba en otro lugar. -¡Si, si, por supuesto! - Reaccioné de inmediato y respondí tratando de actuar con normalidad. Mi piel temblaba teniendo a Muriel de frente. -¡Nunca terminarás de sorprendernos, Fabiola! ¿Cierto Andrés? –Dice Muriel - Que lindo detalle atravesar medio mundo para venir a celebrar tu cumpleaños.- decía sin dejar de mirarme mientras que por debajo de la mesa acariciaba mi pierna con la punta de su pie. Me estaba poniendo muy nerviosa. -¡Nunca me deja de sorprender. Es tan loca como yo y por eso la quiero!- agregó Andrés besándome la mano – y tú también Muriel, que nunca me olvidas aunque pase el tiempo.- besando también su mano. No podía evitar escrutar minuciosamente a la chica que acompañaba a Muriel. Mari Pili era una mujer atractiva de cabello largo, unos ojos oscuros bastante expresivos y una piel clara. Llevaba un escote no muy pronunciado donde dejaba entrever que sus pechos eran del tamaño que a Muriel le gustaba. Cabían en la palma de una mano. -¡Por Dios! - Me recriminé, no podía estar pensando todas estas tonteras. Había pasado el tiempo suficiente para seguir comportándome como una pequeña y celosa adolescente. Debía estar feliz por ella como lo estaba con Andrés. La comida transcurrió sin mayores inconvenientes. Hablamos de nuestras vidas y trabajos. Muriel se explayó sobre ...
... su trabajo en la Universidad. , Andrés estaba feliz y radiante con nosotras. Podía observar su cautivadora sonrisa, esa misma que me atrapó desde la primera vez que nos vimos y que aún con los años me seguía excitando como aquella noche. Durante la conversación me enteré que Muriel y Mari Pili llevaban casi un año de relación. Se habían conocido en la Universidad donde Muriel dictaba clases y donde Mari Pili se dedicaba a la investigación literaria. Mari Pili me miraba sin ningún disimulo siempre pendiente de cada movimiento de Muriel. Al final de la comida cantamos el cumpleaños feliz junto a un trozo de pastel y nos sirvieron el café. Pero las varias copas de vino y sangría que había bebido durante la comida, hizo que mis ganas de ir al baño fueran urgentes así es que dejando la servilleta sobre la mesa me levanté suavemente. -Me disculpan, voy al baño un momento, no tardo- dije sonriendo buscando con la mirada donde se encontraba este. Recorrí lentamente el pasillo tratando de ordenar mis ideas. Me sentía confundida. Amaba a Andrés pero Muriel tenía ese algo especial que siempre me insegurizaba haciéndome flaquear y dudar. Estaba cerrando el grifo del baño cuando siento que se abre la puerta para luego pasar el cerrojo. Veo por el espejo cómo a mis espaldas se acercaba sonriendo Muriel. Rápidamente me toma por la cintura empezando a besar mi cuello sin darme tiempo a reaccionar. No la pude evitar o no lo quise hacer. Cerré los ojos y seguí con este ...