1. Pagando El Alquiler


    Fecha: 02/05/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... buscar trabajo!”
    
    Mientras discutían en voz baja, la puerta de al lado se abrió con mucho cuidado y Patricia les espiaba. La insistencia de Fernando tuvo recompensa pues su amigo cedió, como siempre hacía.
    
    “Vale, vale. Pero no aquí,” claudicó.
    
    “Ese es mi colega. Conseguiré tias cachondas y bebidas, yo invito…” dijo Fernando muy complacido.
    
    Cerrando la puerta tras de sí, Vicente se fue con su colega en tanto Patricia le seguía con la mirada y un gesto de preocupación.
    
    Un día más tarde.
    
    Cerca de las 6 a.m., Vicente caminaba algo tambaleante y despedía un aroma a cerveza y cigarrillos. Palpando sus bolsillos, sacó la llave de su piso y con cierta dificultad trataba de introducirla en la cerradura. Tras varios intentos, no podía abrirla y golpeándose la frente con la puerta varias veces, se desplomó con cuidado en el suelo.
    
    En ese instante, otra puerta se abrió y Patricia se asomó, vistiendo pijama y chanclas. Cruzándose de brazos, la mujer le contempló con cierto pesar.
    
    “Todo bien?” preguntó ella, aunque la respuesta era evidente.
    
    “Eh… si, si, todo bien…” contestó rápidamente Vicente y torpemente se puso de pie.
    
    “Supongo. Y como fue todo? Ya encontraste trabajo?” inquirió Patricia pero esa respuesta también era muy obvia para ella.
    
    “Ya casi… pronto me llamarán de un par de lugares,” mintió Vicente a toda prisa.
    
    “Vale, solo quería saber. Entonces… feliz día,” murmuró Patricia y dando media vuelta, regresó adentro.
    
    Con un suspiro de alivio, ...
    ... Vicente volvió a intentar y abrió la puerta para darse una buena ducha y dormir un poco.
    
    3 meses después.
    
    El tiempo transcurrió con inusitada velocidad y Vicente, de voluntad frágil; se dejó llevar por su amigo Fernando y se olvidó de buscar trabajo. Bebiendo y fumando a diario, a veces pasaba días sin regresar a su piso. Lo que parecía ser un tiempo de gracia en tanto encontraba empleo ya eran 4 meses en paro y por ende, 4 meses sin pagar alquiler y demás. Patricia soportó cuánto pudo su inmadurez e irresponsabilidad pero ya estaba harta de él. Ya llevaba varias semanas evitándola, y; sopesando lo que debía hacer, tuvo que convencerse a sí misma que no había más opción que el desahucio.
    
    Luego de pasar tres días con sus “amigos”, Vicente llegó hecho un lío y muy aturdido. Tambaleándose y apoyando la mano en la pared, llegó hasta su puerta y vió un aviso de desahucio que le paralizó el corazón.
    
    Cagado de miedo, el joven buscó sus llaves en el bolsillo del pantalón con desesperación, solo para darse cuenta que habían cambiado la cerradura. Pálido y mareado ya no por la resaca, se desplomó en el suelo con ambas manos sobre la cabeza.
    
    “Mierda… esto no puede estar pasando…” se lamentó en voz baja.
    
    No pasó mucho hasta que oyó una puerta que se abría, Patricia salió y lo encontró desolado. La casera vestía pantalón negro y una camisa blanca, bien ceñidas a su escultural y curvilínea figura. Se acercó a Vicente y éste levantó la mirada.
    
    “Por favor… no tengo a donde ...
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