1. El osteópata (Capítulo 1): Una nueva clienta


    Fecha: 02/03/2022, Categorías: Confesiones Autor: molly625, Fuente: CuentoRelatos

    ... desnudarme... y vengo de la playa... ¡qué fastidio!
    
    -Si tienes reparo no te preocupes, puedes quedarte con la ropa, pero es más difícil ver cómo tienes el cuerpo. Es importante para hacerme una idea correcta.
    
    -De acuerdo entonces, espero que te guste mi bikini... -Mientras lo decía estiró el cuello de su camiseta mirando lo que llevaba debajo.
    
    Venía vestida con unas mallas negras ajustadas que dejaban ver los tobillos, unas sandalias de tiras con un ligero tacón, y una camiseta ajustada azul. Quitando las sandalias, traía puesto un atuendo apto para ir al gimnasio, pero yo necesitaba que se quedara con la menor ropa posible. Y aunque no lo hubiera necesitado, habría hecho una excepción. Estaba para mojar pan la chica. Tenía una bonita melena morena, bien larga, y recogida en una coleta. Y aunque me costó mirarle a los ojos, pude ver que los tenía marrones.
    
    No pude evitar observar cómo se desvestía. Tenía un especial interés en ver cómo se desnudaba. Siempre me había gustado ese momento en el que las chicas se quitan la ropa. Habría ralentizado el tiempo si pudiera. Aquello requería una cámara superlenta.
    
    Lo hizo todo muy suavemente, y bastante despacio, tengo que decir. No es lo habitual, ya que normalmente los clientes quieren que pase ese momento lo más rápido posible.
    
    Primero se quitó las sandalias con delicadeza, levantando un poco la pierna para no tener que agacharse. Lo hizo de tal manera que me pareció extremadamente erótico. Se quitó la otra ...
    ... sandalia y la posó en el suelo, dejando unas interesantes vistas de su culo al hacerlo. Luego se sacó la camiseta, lo que provocó un ligero movimiento de sus pechos al rozarlos con sus brazos. Se giró un poco hacia la pared, como si quisiera evitar que le viera con tan poca ropa. Luego se sentó en la camilla para quitarse las mallas. Todo lo que hacía me parecía muy sensual. No pude evitar la erección, pero la disimulé colocando el pantalón con la mano, rezando para que no lo hubiera notado.
    
    -Ponte recta, por favor. -Le dije firmemente.
    
    -Perdón, ¿así está bien?
    
    -Muy bien.
    
    Me puse a su espalda, de forma que podía echar un buen vistazo sin que me viera. Quitando el tema de la pierna, en la que se le notaba una leve diferencia de musculatura, el resto lo tenía bien. Más que bien diría yo. Tenía un culo bien tonificado, y una espalda que parecía muy suave, sin ninguna imperfección. Nunca había tenido una mujer tan exuberante delante de mí. Mi novia no estaba nada mal, pero comparada con Patricia tenía las de perder... ella casi todas las mujeres.
    
    -Necesitamos mejorar la musculatura de tus piernas. Es lo más obvio que aprecio.
    
    -¿Está muy mal, Sandro? ¡No me asustes!
    
    -No, con 3 o 4 sesiones diría que lo tendremos solucionado -le dije. Siempre decía 3 o 4 para asegurarme al menos 180 euros. Eso si conseguía fidelizarla, y que volviera una vez cada semana.
    
    -¿En serio? Poco tiempo me parece. Me das una alegría la verdad. Pero si tengo que venir más veces, vengo sin ...
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