1. Disfrutando de ser tan zorra como puedo (1)


    Fecha: 17/02/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Marian83, Fuente: CuentoRelatos

    Esta historia no empezó en verdad aquel día, aquel día solo empezó a hacerse palpable lo que mi marido, mi amor, mi querido perrito fiel, como le gusta que le llame, lleva tiempo cultivando. "Hoy" era, un primer día de cosecha.
    
    Félix, a sus 38, es un pedazo de macho, alto, fuerte, guapo, muy guapo, con una buena polla, grande, gorda y cabezona, siempre lista para mi en el momento que la preciso, que suele ser todos los días. Desde que estoy con él, mi percepción de la sexualidad ha cambiado... de la noche al día. Nadie me había eyaculado nunca en la boca, hasta que, en aquella primera noche de pasión que tuvimos me ofreció su precioso falo con ese glande tan cabezudo para que se lo lamiese, tal y como había hecho con mi concha repleta de jugos durante media hora.
    
    Me entretuve un buen rato lamiendo aquel tronco erecto desde los huevos hasta el caliente capullo, que parecía que iba a estallar, y luego me lo metí hasta donde pude en la boca, puesto que todo no me entra, y seguí subiendo y bajando con aquel trasto en la boca hasta que Félix, sin avisar, y entre gemidos y contracciones, descargo su chorro de blanco y grumoso semen en mi boca, mientras gruñía como un cromañón sujetándome suave, pero firmemente la cabeza sobre su rabo palpitante para que no me apartase, invitándome a tragar aquel regalito.
    
    Lo cierto, es que no solo me gustó, sino que me obsesionó hasta límites que no conocía en mí. Desde entonces, su leche es mía, y la reclamo a diario, sea en la boca, en ...
    ... la cara, tetas... o en lo más fondo de mi coño... mmmmm... solo de pensarlo, me mojo y me caliento... Me encanta ver salir a borbotones de su polla la leche... esa leche que me pertenece, y que recojo a lametazos de su vientre, después de haberle masturbado. La saboreo siempre un rato antes de tragármela mientras le miro fijamente a los ojos.
    
    No sabe igual todos los días, hay días que está un poco amarga, otros más saladita, y otros... otros le sale dulce... mmmm. Digo le sale porque es que le sale, le sale de ese cuerpazo que se manda, acabado en esa preciosa tranca, por la que me da su regalo, el regalo para su zorra, como le gusta llamarme.
    
    Yo soy su zorra y el mi perro fiel. Esa polla es solo para mí y no va a jugar con nadie más. A mi sin embargo, mi macho me incita continuamente a probar otras pollas, de otros machos que, como el mismo dice, también dan leche.
    
    Al principio todo esto me parecía raro, hasta el punto de molestarme.
    
    Con el tiempo, voy cogiéndole gustito y, aunque no tuve nunca ninguna intención de llevar a la práctica sus fantasías morbosas, me gusta que me diga cosas guarras mientras me penetra, susurrándome sus perversas ideas al oído. Él sabe que me gusta, el hace que me guste...
    
    Hay días que nos excitamos mucho, él se corre en mi coño y me lo deja chorreando. Entonces yo le digo "límpiame perrito, límpiame la leche que me han echado ahí...”. Y él, él la recoge con la boca, y besándome me la pone en la mía, mientras me dice, "te gusta eh, ...
«1234...»