1. Donde


    Fecha: 30/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... con algunos pasos de tango en una coreografía, y la otra posibilidad es que el baile favorece la seducción, aunque sea Twist y no estés en contacto con tu pareja: Imagina ahora que estás bailando con una persona encantadora, es obvio que el baile de contacto propicia la tentación y el deseo de estar más juntos, ocasiona el grato franeleo previo al acto sexual completo. Así, el baile te da la oportunidad de llevarte a alguien a la cama, si trabajas bien en esa dirección. Sí, si alguien me gusta y estoy bailando con él, no pierdo la ocasión de pegarme y presionar mis tetas y nalgas contra su cuerpo, y con mis piernas medir qué tanto crecen sus ganas por mí.
    
    -¿Qué pasaba cuando sus ganas crecían y estaban tus hijos presentes?
    
    -Si estábamos en la casa, era muy fácil, pues desde que recibía la visita había ido al baño a quitarme las pantaletas para estar más a gusto. Mi pareja sabía que me gustaba que él no trajera ropa interior para que las caricias fuesen más directas. Generalmente nos sentábamos en la mesa donde platicábamos, es un decir, pues yo abría las piernas y él se bajaba el cierre de la bragueta donde yo sacaba ese tesoro del que ya fluía de líquido preseminal. Nos acariciábamos los genitales, ocultos por el mantel a la visión de mis hijos que a veces, en sus juegos, pasaban por el lugar. Nuestros dedos se mojaban de nuestras respectivas viscosidades, nos chupábamos los dedos y compartíamos en ellos los sabores. Cuando la calentura exigía más, les prendía la ...
    ... tele en el estudio a mis hijos y les pedía que se quedaran ahí mientras “platicaba” con mi amigo. Cerraba la puerta y a él lo agarraba de la verga para llevármelo así a la recámara, cualquiera era buena: la mía, la de mi hermana o la de mis hijos. Allí lo besaba y las caricias estallaban. Era frecuente que cuando él ya tenía mis tetas afuera y las mamaba, me subía la falda, ¡de inmediato ascendía el olor de mi vagina, ya mojada y caliente! Yo le desataba el cinturón y él se bajaba de inmediato los pantalones, me ensartaba y caíamos en la cama. Se movía frenéticamente provocándome dos o más orgasmos y se vaciaba en mí. Quedábamos quietos disfrutando la calma del amor consumado. Si por alguna razón, escuchaba que se abría la puerta del estudio, a la cual le rechinaban las bisagras, me levantaba de inmediato cerrándome la blusa para salir antes de que llegaran a donde estábamos y cerraba la puerta para que no vieran algo más mientras mi amante se levantaba el pantalón. A veces alcanzábamos a tener otro orgasmo más o yo le limpiaba el pene con la boca y le ofrecía mi vagina para hacer un rico 69.
    
    -¿Y si andaban afuera…?
    
    -Supongo que te refieres acompañados de mis hijos. Obviamente no era fácil, fueron escasísimas las veces que tuve una penetración en esta situación. Recuerdo dos.
    
    -Una de ellas con Roberto. Sólo nos acompañaba mi niña, entonces de tres años; habíamos ido al bosque a juntar piñas para adornos navideños. Al terminar la recolección de piñas, arribamos a una ...