1. Noche de estreno


    Fecha: 22/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... curvaban, en cada movimiento un suspiro abandonaba mis labios. Quise gritar de placer, pero tenía miedo de que mi novio llegara en cualquier momento. Mi novio, recordé a mi novio y me tensé. ¿Qué estaba haciendo? A mi alrededor se encontraba la pequeña vida que había construido con él, nuestros muebles, nuestra cama, ese monoambiente era un perfecto reflejo de lo bien que nos llevábamos, de lo bien que nos complementábamos. Y yo estaba manchando todo con mi traición.
    
    - Divina, ¿qué te pasa? ¿No te gusta lo que hago? – Ariel se incorporó pero no quitó su mano de mi entrepierna, aún lo sentía moverse dentro mío.
    
    - ¿Qué estamos haciendo? Es mi pareja, ¡es tu mejor amigo!
    
    - ¿Me vas a decir que no querés que te toque? En el cine me di cuenta lo mucho que me deseas, no intentes esconderlo. Y yo te deseo a vos – acompaño estas palabras con profundos besos en el cuello, me derriten los besos en el cuello cada vez que me los dan me cuesta pensar. – Además, ¿dónde está tu novio ahora? Se fue y te dejó sola así de caliente, me di cuenta que esa conchita ya estaba mojada de antes.
    
    No podía pensar, su respiración en mi cuello se llevaba mi poca voluntad. Ariel tenía algo de razón en que la adicción de mi novio me provocaba soledad, nunca lo había pensado pero quizás sí pasaba demasiado tiempo sola. Sosteniéndome de la cadera, sin quitar su mano derecha de mi entrepierna, avanzó unos pasos llevándome a la cama. Los besos volvieron a envolverme en un halo de sensualidad y ...
    ... deseo que me abstraía de todo. Sentí el borde del sommier hacer contacto con mis piernas. Ese era el momento de la verdad, el punto sin retorno de lo que estaba por suceder.
    
    - Hermosa, no voy a obligarte a nada – dijo Ariel al mismo tiempo que se separaba de mí, ponía una distancia de unos centímetros. Lo vi ahí parado, con el pelo revuelto, la cara enrojecida de placer, con el claro bulto de su pantalón ya manchado por su líquido y tomé una decisión.
    
    - No me siento obligada.
    
    Me senté en la cama que compartía con mi novio y comencé a desvestir a Ariel. Le desabroché el cinturón al mismo tiempo que hacía lo mismo con el botón de su jean, si bien le quitaba los pantalones a una velocidad impresionante para él no debió ser lo suficiente puesto que tomó su camisa y en vez de desabotonarla la abrió haciendo saltar todos los botones. Con los pantalones abajo dejé que él continuara desvistiéndose para dedicarme a comer ese pedazo de carne que deseé durante toda la noche.
    
    Me asombran los penes, lo digo de verdad, los veo erectos, duros, enfrentándose a la gravedad. Me excita verlos, me excita recorrer con mis dedos y descubrir la suavidad del tronco. Me gusta ver su forma, ver como se hinchan, me gusta pensar que se hinchan solo para mí. Regio e imponente se encontraba el pene de Ariel, era cabezón y desde ese momento ya estaba chorreando fluidos, el tronco era pálido y surgía de una maraña de pelos públicos negros. Apoyé mis labios en su glande y los presioné, cuidando de ...
«1...345...»