1. Memorias inolvidables (Capítulo 5): La matriarca


    Fecha: 20/01/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... la cama. Llamé a Angustias, se lo mostré y me dio dos besos como nunca lo había hecho, y me dijo:
    
    — Ahora sé de verdad que me quieres.
    
    El caso es que este Antolín un día desapareció y no lo volvimos a ver con gran disgusto para mi hermana y, cómo no, también para mí.
    
    Un día, no mucho tiempo después, leí en un quiosco este titular.
    
    Weyler, el famoso traficante que se hacía pasar por Antolín, asesinado por robar droga a otros capos.
    
    Varios encapuchados irrumpieron a tiros en un local de la Plaza de España y se llevaron a un hombre.
    
    El cuerpo del fallecido se encontró semidesnudo en un descampado a las afueras de la población y es la misma persona secuestrada en la Plaza de España. Se trata de un hombre, nacido en Croydon, al sur de Londres, y radicada en España desde los 17 años, con antecedentes por tráfico de drogas (había ingresado en la cárcel de Botafuegos por este motivo.
    
    Le mostré el periódico a Angustias y a mi padre para que supieran la verdad, a mi madre y hermanos no les quise decir nada para que no se metieran con Angustias. Mi padre me preguntó si quitaba la cama de mi habitación y le dije:
    
    — Mejor déjala, a partir de ahora, el novio que tenga Angustias me lo presentará enseguida, haremos un festejo en casa, dormirá en mi habitación y yo le sonsacaré todo, para que Angustias vaya a lo seguro.
    
    Les pareció bien a los dos y a mí ...
    ... magnífico. Así me hice pasar algunas pollas más por mi culo e iba rechazando novios, aunque algunos de ellos me los hubiera quedado para mí. Tengo que decir que físicamente mi hermana Angustias tenía buen ojo para los novios, pero síquica y socialmente era un total y absoluto despiste.
    
    Ya en este tiempo, Doña Angustias Fernández Cuenca en realidad no contaba en mi vida y muy poco en mi casa. Hasta su hija Angustias la aborrecía. Doña Angustias no mandaba, exigía, imponía, obligaba a hacer su voluntad. Como yo me había rebelado del todo contra ella, toda la culpa de la posterior reacción de mis hermanos recayó sobre mí. Un día mi padre les dijo:
    
    — Que Ismael se rebele contra su madre, lo veo justificado, pero lo vuestro no, porque Ismael aprovecha el tiempo y dentro de poco será médico y vosotros sois un atajo de haraganes; que Angustias se rebele contra su madre, me parece hasta propio de la naturaleza, las dos son mujeres y lo propio de la mujer es querer mandar, pero todas no saben; de ellas dos no sabe ninguna. Así que vosotros a trabajar y dar gracias por la comida que se os pone en la mesa.
    
    Ellos me miraban entre el celo y la ira. Yo no hice caso, seguí con mi vida, lo que quería es acabar mi carrera y marcharme de esa casa, me asfixiaba; la única libertad que había tenido en mi vida era cuando estaba con mi padre y los mayores placeres gracias Angustias y sus novios. 
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