1. ¡Mira cómo me corro, papá, mira mira!


    Fecha: 16/01/2022, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... succionador sobre el clítoris y la follé con violencia con el consolador hasta que dijo:
    
    -¡Siii!
    
    Después de correrse nos fuimos para cama... Cuando se recuperaron se pusieron a cuatro patas y caminando sobre la cama cómo si fueran dos perras se acercaron a mi. Me eché boca arriba para dejar que hicieran conmigo lo que quisieran.
    
    Laura me puso el coño en la boca. Se lo lamí encharcado de jugos. Me relamí cómo una gata con lo rico que estaba, poco después fue Lorena la que me lo dio a comer... Me volví a relamer. Me encanta comer un coño después de haberse corrido, su sabor y su olor son tan deliciosos que me pongo a mil. Luego se echaron una a cada lado y me besaron con lengua... Cuando una lengua salía de mi boca entraba la otra... Yo las traía hacia mí con mis manos en sus nucas. Aquellas pupilas verdes de Laura fijas en las mías antes de que sus carnosos labios se juntasen con los míos hacían que me estremeciera. Lo mismo le debía ocurrir a Lorena cuando acercaba sus cabezas para que se comieran la boca, ya que le dijo:
    
    -¡Qué hermosa eres, picoleta!
    
    Laura y Lorena mientras me besaban me metieron un dedo cada una en la vagina y me masturbaron con ellos... Al rato mientras una me besaba la otra me chupaba las tetas y viceversa. Estaba gozando cómo una loba. Ellas lo sabían al oír mis gemidos y me comían cómo si fuese un pastelito al que le estaban lamiendo la crema... Cómo no soy de las que al hacerle las cosas bien le hace falta mucho tiempo para ...
    ... correrse, poco después, les dije:
    
    -Besarme las dos al mismo tiempo.
    
    Al tener sus lenguas dentro de mi boca comencé a correrme. Se las chupé con fuerza el tiempo que me duró la corrida, que fue larga, muy larga y muy intensa.
    
    Ahora la que quedó sin fuerzas fui yo, y lo aprovechó Laura para coger las esposas y ponérmelas a la espalda. Las muy cabronas no me dieron tiempo ni a recuperarme. Laura se sentó en el borde de la cama y Laura hizo que me pusiera sobre sus rodillas. La mano de Laura se levantó, al bajar impactó con fuerza en mi nalga derecha, y me dijo:
    
    -Esto es por haber follado con mi marido.
    
    -¡¡Plas!!
    
    La vacilé.
    
    -¡Enclenque!
    
    No le sentó bien que me riera de ella
    
    -¡¿Enclenque yo?! Ahora verás
    
    -¡¡¡Plas, plas, plas!
    
    Con el culo ardiendo la seguí vacilando.
    
    -Para qué te vas a hacer daño en la mano.
    
    Lorena, que había cogido una de mis zapatillas rojas con piso de goma del mismo color, le dijo:
    
    -Así no se azota un culo, aprendiz de ama, se azota así:
    
    Me iba a hacer ver las estrellas.
    
    -¡¡Zas!! -¡Puuuta! ¡¡Zas!! -¡Cabrona!
    
    Laura reía cómo una sádica.
    
    -Hostias, Lorena, le dejaste las cachas en carne viva.
    
    Lorena, que me conocía cómo si me pariera, le dijo:
    
    -No te preocupes, le gustas que le den, sigue.
    
    Laura me dio de nuevo con la palma de la mano.
    
    -¡¡Plas, plas!!
    
    La seguí encabritando.
    
    -Tienes la fuerza de una hormiga.
    
    -¡Me cago en tus muelas!
    
    -¡¡¡Plas, plas, plas!!!
    
    -Se te va toda la fuerza por la ...
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