1. Mi amiga es mi pornstar favorita


    Fecha: 09/01/2022, Categorías: Hetero Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos

    ... salgo y seco con una toalla que estaba por allí. No sabía qué hacer a continuación, supongo que entraría en la casa para sacarme la duda sobre la peña. Apenas entrar, Kim se aproxima con prisa hacia mi.
    
    —Eddie vení —me toma del brazo—, me dijo que no tiene problema con que mires.
    
    Nos dirigimos hacia la habitación del colega, quien estaba ya completamente desnudo con la chorra colgándole entre las piernas, posicionando un sofá cerca de la cama.
    
    Me quedo observando como ella, sentada en el borde de la cama, toma el rabo aquel y lo menea. Se mete todo lo que le cabe y me mira… Madre mía, cómo me estaba poniendo la tía. Tras la felación, se despoja de su bikini y así, como si de un sueño lujurioso se tratase, pude apreciarla en todo su esplendor. Se pone en cuatro de cara al chulo, quien no tarda en tomar posición y comenzar a restregar el rabo entre las redondas y firmes nalgas. Yo me ubico en el sofá, dispuesto a masturbarme con mis aproximados 13 centímetros de furia española, pero ambos se quedaron estáticos viendo mi pene.
    
    —¿Cuánto mide eso? —me dice el colega.
    
    —Dejalo —me defiende Kim, empujándole con la cola—, a mi me gusta, me entra ...
    ... todo en la boca, la tuya no.
    
    El colega se queda mirándola y luego me dice:
    
    —¿De verdad quieres ver como me la follo, tío?
    
    —Ahmm, si. Es en realidad a ella quien quiero ver.
    
    Kim me guiña un ojo y el colega se echa una carcajada.
    
    —Vale pero que sepáis que no me voy a cortar un pelo porque estés aquí, voy a hacer sonar esas nalgas por toda la casa y todos los que estén lo van a oír. —Tras decirlo le da una nalgada.
    
    —Ay, no me cachetees así forro, que a mi novio no le gusta que me quede la cola toda marcada —dice Kim.
    
    Las que se inventa la tía. Además, con una simple nalgada no bastaría para enrojecer su bronceada piel.
    
    Nacho se vuelve a reír y acomoda su aparato en la entrada, haciendo pasear el glande por su dorso. Ella se estremeció sintiendo todo aquello abriéndose paso, y me dice cachonda:
    
    —No te asustes si grito, mi amor, es porque me está gustando mucho.
    
    El colega se puso como una moto tras oír eso y «plaf», la primera marcha sonó, «mmm…», los jadeos de ella. «Plaf, plaf», la segunda marcha, los gemidos ricos no tardaron en salir. «Plafplafplaf», la tercera y los gritos de placer coparon la carrera.
    
    FIN
    
    Por Dany Campbell 
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