1. De cervezas y juegos de apuestas


    Fecha: 02/01/2022, Categorías: Gays Autor: quijotex, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedara al mismo nivel del que me cubría la barriga y los pectorales. Jose, que parecía más reticente, se dejó llevar y se bajó también los calzoncillos, mostrando un rabo bastante gordo para su longitud. Mientras que esperábamos a que Ricardo pusiera algo de porno en el ordenador nos meneamos un poco los rabos. La escena me resultaba entre graciosa y tremendamente sorprendente.
    
    “¡Oye! ¿Y por qué no jugamos a los dados otra vez? Los dos que pierdan tienen que pajear a los ganadores”- dijo Ricardo.
    
    La cara de José era un poema - “¡Claro, o que nos la chupen, jaja!”- respondió de manera irónica.
    
    “No hay huevos a apostarnos eso”- dijo Ricardo. “Entonces que sólo pierda uno” - dijo Enrique siguiéndole el juego de nuevo.
    
    A mí todo me parecía una locura por mucha cerveza que hubiese bebido, pero estaba tan cachondo que todo me daba igual con tal de correrme, y no sé por qué tenía la certeza de que no iba a acabar metiéndome un rabo en la boca. Así que me sorprendí aceptando el juego.
    
    “Estamos locos… Venga…”- dijo José para aceptar participar. Se podía apreciar en el ambiente lo nerviosos que estábamos todos, pero aun así, cada uno cogimos un dado y lo lanzamos a la vez. El dado de José marcaba un 1, frente a mi tres y a los dos 5 de Enrique y Ricardo.
    
    “¡Me cago en mi madre!”- gritó José.
    
    Él, que era el que más reticencias tenía hacia el juego, había acabado siendo el perdedor. Ricardo, con toda la naturalidad del mundo, se levantó del sillón y puso su polla ...
    ... dura delante de la cara de José. Enrique miró entre risas a José y le dijo “una apuesta es una apuesta”. Así que ante mi sorpresa José se puso a chupar la polla de Ricardo. Vi que Enrique empezó a pajearse mientras esperaba su turno, así que yo me puse a hacer lo mismo muy suavemente, ya que estaba bien cerca de explotar. Al rato, José empezó a chuparle la polla a Ricardo como un profesional, y comenzó a mover su cabeza rápidamente para hacer que Ricardo se corriera. Ricardo empezó a respirar muy fuerte y al poco se apartó de José y disparó una buena corrida al suelo, dejando caer accidentalmente algo de semen en la rodilla de José. El rabo de José no sólo seguía duro, sino que además pegó un pequeño salto a la vez que Ricardo se corría. Observar ese pequeño detalle me puso a tope y de manera totalmente descontralada me levanté y le agarré la cabeza a José para hacerle comerme el rabo. José se dejó llevar y sin darme cuenta, en menos de un minuto estaba corriéndome en su boca. “¡Hijo de puta!” - me dijo José cuando le dejé apartar la cabeza de mi cuerpo mientras que escupía mi lefa en mi barriga. En ese mismo momento me puse rojo al darme cuenta de lo que había hecho, pero José no reparó demasiada atención en mí y se puso de rodillas frente a Enrique con cara de resignación y de querer terminar la faena.
    
    Ricardo, que venía de lavarse las manos, se agachó detrás de José y empezó a pajearle mientras que José se esmeraba en hacer que Enrique se corriera. A José pareció gustarle ...