1. Despidiendo a Andrés


    Fecha: 02/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... sofisticado.
    
    No más llegar nos situamos en la sala de recepción y pedimos unas bebidas para entrar en calor. Yo me hacia el desentendido de lo que pudiera pasar entre ellos y solo me limitaba a tomar fotos del evento. Muy rápido, mientras esperábamos el servicio, ellos empezaron a conversar, tomándose de las manos. Que se dijeron, no sé, pero casi que enseguida ya estaban besuqueándose y aquel joven, sin perder tiempo, ya tenía sus manos acariciando los muslos de mi mujer por debajo de su falda.
    
    Cuando llegó el servicio, prácticamente tuve que ser discreto para recibir el pedido sin que el botones pudiera mirar lo que estaba sucediendo detrás de mí, pues aquellos parecían estar en otro planeta, absortos en sus sensaciones y en la experiencia del momento, ignorando todo lo que pasara a su alrededor, incluso a mí. Tuve que servirme y beber yo solo, porque aquel joven ya disfrutaba a pleno de mi esposa, desvistiéndola no solo con la mirada sino también con sus propias manos. Tanta dedicación en el arreglo y ya él la tiene despelucada y casi empelota, pensé.
    
    Muy rápido la había despojado a ella de su elegante vestido, dejándola cubierta únicamente por su ropa interior, que era una lencería bastante bonita. Mi esposa, en aquella circunstancia, frente a un hombre de color, con su torso desnudo, hacía recordar la escena que bien pudiera presentarse en una casa de citas muy distinguida, siendo ella una puta mu distinguida y de clase, complaciendo al hombre que solicitaba ...
    ... sus servicios.
    
    Aquel muchacho se abstuvo de tomar el control y dejó que ella tomará la iniciativa, y que hiciera lo que le apeteciera con él. Ella, muy coqueta, desabrochó su cinturón, bajo sus pantalones y sin dudarlo un instante llevo su gran miembro a su boca y empezó a chuparlo con mucha delicadeza y pasión. Pareciera que no volviera a tener un miembro de esos a su alcance, de manera que no desaprovechaba cada mamada para saborearlo completamente desde los testículos hasta el glande. Y aquel solo la miraba y dejaba que se lo mamara, guiando la cabeza de ella con sus manos, para que el movimiento arriba y abajo sobre su pene fuera permanente. Mientras ella lo hacía, el aprovechaba para acariciar sus pechos y deslizar sus manos por el contorno de su silueta.
    
    El muchacho se había depilado totalmente el pubis, de manera que su miembro estaba limpio, liso y suave al tacto de ella, que terminó de bajar su pantalón y con una mano acariciaba sus testículos y con la otra frotaba el tallo de su verga mientras su boca seguía chupando la punta de su pene. Andrés estaba a gusto. Me miraba como preguntando, y ahora ¿qué hago?, y yo le respondía frunciéndole los hombros; yo que sé.
    
    Él se dirigió al cuarto de espejos y allí, ella siguió dedicada a mamar ese hermoso pene negro, que no perdía para nada su atención. Aquel permitió que se lo mamara hasta el punto de venirse en su boca y, una vez hecho, la besó. Ese beso debió tener un sabor y efecto especial en ambos, porque la pose ...
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