1. Lucía y dos chicos negros


    Fecha: 24/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... camino.
    
    Conforme me acercaba, vi que los dos chicos seguían en su sitio, aunque no estaban trabajando, sino de pie hablando y mirando hacia la piscina. Eso era bueno, no habían ido como lobos a por Lucía. Rodeé la alberca y me puse por el otro lado. Escondido detrás de un murete, busqué a mi chica, pero no la vi: las tumbonas estaban vacía. De pronto, me giré hacia la izquierda y la derecha y aluciné con lo que estaba viendo: mi novia estaba saliendo del apartamento llevando un bote de protector solar, pero no llevaba ya su bikini rojo, sino otro muchísimo más pequeño, apenas un tanga y dos triángulos para tapar los pezones. Incluso había cambiado sus chanclas piscineras por otras con un poco de cuña.
    
    Anduvo contoneándose hacia la piscina y se sentó en las tumbonas. Por el ángulo de su cuello, supe que había mirado fijamente a los chicos negros mientras se movía: quería tener claro que la miraban. Yo simplemente estaba alucinando.
    
    Se sentó en una tumbona y empezó a darse crema con sensualidad mirándolos: los muslos separados, la rajita asomando por uno de los lados del tanga, los pezones duros atravesando la tela que apenas cubría sus maravillosos pechos. Los chicos hablaban entre ellos sin perder detalle: no sabían si acercarse o no, de un lado estaba disfrutando con lo que estaban viendo, de otro merecía la pena tal vez acercarse y ver si la situación iba a más.
    
    No necesitaron decidirse porque fue ella misma la que dio el paso. Les hizo un gesto para que se ...
    ... acercaran, cosa que ellos hicieron rápidamente. Cuando llegaron, ella estaba esperándoles de pie, intercambiaron unas palabras y ella le dio a uno de ellos el bote de crema solar. La rodearon y empezaron a echarle crema. Al principio iban con calma, como cohibidos, aunque se notaba que rápidamente habían conectado, porque no paraban de decir cosas que yo no podía oír por el viento y de reírse los tres. Estuvieron así un rato, poniéndole crema en la espalda, la tripa, las piernas, sin sobrepasarse, hasta que de pronto ella dijo algo y ellos dos pararon de tocarla. Entonces, con dos movimientos hábiles ella misma se deshizo de los dos trozos de tela que cubrían sus últimas intimidades.
    
    ¿Qué coño está pasando? pensé lleno de ira, y muy cerca estuve de salir dando gritos. Pero estaba empalmado y muy excitado, ¿qué credibilidad iba a tener mi enfado si lo escenificaba con la polla dura? Además, me daba vergüenza la idea de que esos dos tíos ahora me miraran a la cara sabiendo como sabíamos todos que mi novia se había desnudado para ellos. No sé qué fuerza fue la que en mi interior me conminó a quedarme quieto y seguir observando, pero fue una fuerza muy poderosa.
    
    Ante la avanzada que había hecho mi novia, los dos chicos perdieron totalmente la vergüenza. El que estaba detrás de ella, la rodeó con los brazos y empezó a magrearle las tetas con fruición. El otro bajó la mano derecha y la llevó directamente al coño de Lucía, quien reaccionó adelantando la cadera con lujuria. Estaba ...
«1234...9»