1. La dependienta de la tienda de hípica


    Fecha: 21/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Soy de una pequeña localidad de Castellón. Vivo en un pequeño pueblo de Madrid desde hace unos años por temas de trabajo. Desde que llegué, me fijé en una chica que trabaja en una tienda de hípica, a la que acudo mucho por el trabajo. Ella tiene 25 años, es alta, alrededor de 1,74 metros, delgada, pelirroja, a veces lleva gafas, buen cuerpo, pechos normalitos, un buen culo y muy risueña. Siempre tiene una sonrisa en la boca para todo el mundo, no consigo imaginármela enfadada.
    
    El caso es que supuse que una chica como ella debía tener pareja, y nunca me atreví a decirle nada fuera de lo laboral. En todos estos años solo había cruzado con ella conversaciones triviales sobre el tiempo y algunas noticias.
    
    Un día un amigo me quiso gastar una broma y cogió mi móvil sin yo saberlo y le envió un mensaje diciéndole que YO había pasado por delante de la tienda y la había visto, y que estaba muy guapa con el top rosa que llevaba puesto, palabras que yo le había confesado poco antes a mi amigo. Cuando vi que Nuria (así se llama) me contestó, me quise morir de la vergüenza, y me enfadé muchísimo con mi amigo, a pesar de que su respuesta fue muy simpática y amable, dándome las gracias por haberme fijado y me sorprendió el final “¿a ver cuando te invitas a un café en el bar que está junto a la tienda?”.
    
    Me quedé flipado. Estuve unos días sin pasar por la tienda por vergüenza, hasta que me decidí y me acerqué.
    
    Ella me saludó tan risueña como siempre, con una sonrisa de oreja a ...
    ... oreja. Le pregunté que como estaba y le pedí unas herraduras que necesitaba para el trabajo y, en el momento de pagarle, me armé de valor y le dije que si le apetecía tomar el café del que hablamos por whatsapp, a lo que me dijo que si, que se lo tomaba en el bar de al lado y así veía la tienda.
    
    Estuvimos una hora tomando el café, hablando de muchísimas cosas, incluido su novio, con el que no llevaba tanto tiempo (por qué no habría preguntado antes).
    
    El caso que tras esa hora y poco de charla, nos despedimos con dos besos y ahí quedó la cosa.
    
    Continué yendo a la tienda a menudo, y muchas de las veces tomábamos café cuando ella no estaba ocupada. A mi cada vez me gustaba más, y no sabía como decirle que me volvía loco desde que la conocí.
    
    Una vez más, el idiota de mi amigo hizo de Celestina y me mandó un mensaje a escondidas diciéndole que pensaba mucho en ella y que me encantaba tomar café con ella, a lo que ella respondió que “no quería que hubiera confusiones, que ella tenía pareja y no buscaba nada más entre nosotros”
    
    Eso me dejó avergonzado. Tardé semanas en volver por la tienda, hasta que necesité productos urgentemente un domingo para el trabajo y le mandé un mensaje por si podía abrir la tienda para mi, a lo que me respondió que si, que no había ningún problema.
    
    Yo iba muy nervioso hacia la tienda, avergonzado, pero no me quedaba otra opción.
    
    Al llegar, ella me recibió con esa sonrisa tan dulce y me preguntó qué era lo que necesitaba. Cuando le ...
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