1. En el aire (Fragmento 1)


    Fecha: 20/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    ... ligero roce en su espalda, como una leve caricia, pero no sabía si era producto del vaivén o si realmente el individuo que se hallaba a su espalda estaba tomándose unas libertades que nadie le había otorgado. Segundos después salió de dudas al percibir una ligera, pero manifiesta presión de la hombría del desconocido en sus nalgas. Iba con una falda fina de algodón y por ello, notaba perfectamente la progresiva hinchazón del hombre tanteando el canal, primero poco a poco, como rozando, después, al comprobar que no había ninguna resistencia por su parte, presionó más impunemente, oprimiendo sus nalgas con su virilidad, y con ello percibió como su rigidez iba in crescendo hasta advertir un abultamiento inusual. Marta miraba en todas las direcciones, pero era incapaz de voltearse hacia atrás y verle el rostro para comprobar quien era el que atacaba su retaguardia. Estaba contrariada porque la situación la incomodaba e incluso la violentaba. Aun así, estaba paralizada y se sentía impotente ante el asedio de aquel sinvergüenza, no sabía muy bien por qué. Era un cruce de sentimientos discordantes.
    
    Fueron sucediéndose las estaciones y la gente iba entrando y saliendo. Su desvergonzado agresor no se inmutaba y permanecía adherido a su trasero como una lapa, restregándole su entrepierna y efectuando un discreto movimiento de vaivén. Marta tampoco hacía nada por intentar buscar otro hueco en el vagón, pues iban formándose algunos en cuanto entraba y salía la gente. Pasaron como ...
    ... seis estaciones y el desconocido no abandonaba su privilegiada ubicación. Marta empezó a transpirar. Nunca antes le había pasado una cosa semejante y se sentía abochornada, ante todo por su pasividad que ni ella misma entendía. Sólo cuando un apremiante cosquilleo espoleó su sexo entendió aquellos calores que no eran demasiado normales para la época.
    
    La vida sexual de Marta era sobradamente satisfactoria con su esposo. Hacían el amor dos veces por semana, en ocasiones tres, y cualquiera diría que no estaba nada mal para sus cuarenta y siete años y los cuarenta y nueve de su esposo.
    
    Tampoco nunca había tenido la necesidad de buscar sexo fuera del matrimonio, no le había hecho falta y, a decir verdad, había tenido numerosas ocasiones, aunque siempre las había rechazado. Ella amaba a su marido y la infidelidad no entraba dentro de su esquema de valores.
    
    Ahora, después de tantos años de matrimonio, sin encontrar una explicación racional a su actitud y, sin pretenderlo, se encontraba cogida a la barra de metal del pasillo del metro para no caerse, y a merced de aquel enigmático individuo que estaba estimulando sus bajos en una situación totalmente surrealista. Sus pezones quisieron perforar su camisa y sus pliegues íntimos se abrieron como los pétalos de una flor en primavera. Estaba a punto de perder la compostura sin entender muy bien por qué. Incluso hizo un movimiento de su trasero, quizás involuntario, como si pretendiese acoplarse o sentir mejor la firmeza de su ...
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