1. En el aire (Fragmento 1)


    Fecha: 20/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    El programa de radio que conducía Marta se emitía por las tardes de tres a siete. Su fama de no morderse la lengua ya le había causado en más de una ocasión alguna que otra amonestación, sobre todo de las altas esferas. Sus preguntas en materia política eran contundentes y no solía irse por los cerros de Úbeda porque hacía tiempo que había perdido la confianza en los políticos, pues en los veinte años que llevaba ejerciendo en la radio, ninguno la convenció de que estaba equivocada.
    
    El programa constaba de diversas temáticas: cultura, política, sociedad, literatura, ciencia, ocio, etc. Duraba cuatro horas, pero su franja laboral abarcaba desde la una hasta las ocho de la tarde. La franja horaria iba también en función de las vicisitudes acontecidas durante el día, pero disponía de flexibilidad para estructurar el contenido.
    
    La entrevista había sido muy tensa y recibió una llamada recriminando su conducta, advirtiéndole que fuese más precavida y que intentara no posicionarse, pero ella tenía claros sus postulados y no quería ceder ni un ápice. Por eso, y por su carisma, era quien era y estaba donde estaba. La gran audiencia con la que contaba el programa era gracias a Marta, y consideraba que, si alguien no estaba de acuerdo en su modo de conducirlo, ella no tenía ningún inconveniente en abandonarlo, en vista de que tenía ofertas tan sustanciosas o más en otras emisoras del mismo calibre.
    
    La entrevista a un político con el que no empatizaba y del que no lograba ...
    ... respuestas congruentes, y después la amonestación por haberse saltado el guion y ser tan incisiva en el interrogatorio, provocó que el día fuese exasperante y decidió irse a las siete. Sólo tenía ganas de llegar a casa y darse un baño caliente para relajarse, ponerse cómoda y acabar de leer el libro que al día siguiente tenía que comentar con el escritor invitado al programa para su presentación.
    
    Era hora punta y los pasajeros se agolpaban en la estación a la espera del próximo metro que ya estaba haciendo su entrada en el andén. A empujones consiguió entrar hasta el último de los viajeros, y dentro, como si de una lata de sardinas se tratase, iban ensamblándose todos como en un puzle. La situación era más que agobiante. Entre empellones y codazos, cada cual intentaba encontrar ese hueco inexistente, queriendo, en la medida de lo posible, mantener el espacio vital que toda persona necesita para sentirse cómoda, pero que, dadas las circunstancias, apenas existía, de manera que los roces se hacían inevitables.
    
    Al poco de iniciar la marcha el metro, Marta notó una respiración muy cerca detrás de ella y eso le causó una incomodidad añadida. Sabía que no era debido al poco espacio existente. Esa cercanía de alguien respirando en su nuca era intencionada, pero decidió no montar un numerito allí dentro y, sobre todo, quería pasar desapercibida. En la próxima estación volverían a moverse, acomodándose de nuevo para ir dejando huecos, de manera que aguantó el tipo. Notó después un ...
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