1. Así lo había imaginado


    Fecha: 11/11/2021, Categorías: Sexo Interracial Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... se decide. Sí, le dije; así lo haré.
    
    Me causó curiosidad que, si ella ya había decidido que aquello no iba a ser, por qué diablos aceptó tocar el pene del muchacho y despertar falsas ilusiones en ambos, tanto en él como en mí. Y le pregunté, oye ¿qué pasó? Nada, contestó. Y ¿entonces? La verdad me excité estando en presencia de ese muchacho, pero me dio miedo seguir adelante. Si voy a hacerlo, dijo, tendré que estar más segura la próxima vez. Y ciertamente estaba excitada, porque cuando nos abrazamos y palpé su entrepierna, estaba bastante húmeda y dispuesta. Tuvimos sexo los dos, pero la imagen de la aventura fallida no dejó que aquello se sintiera mejor.
    
    En los días siguientes, y con el objetivo en mente, le propuse subir unas fotografías suyas a las páginas de contactos y ver cómo funcionaba aquello. Estuvo de acuerdo en que le tomara fotos en poses sugestivas, usando lencería, de manera que quienes vieran aquello se motivaran de alguna manera. Los comentarios que recibimos al principio no fueron de lo más favorables para llevar a cabo el proyecto, así que le dije que deberíamos tener paciencia y esperar, porque, al fin y al cabo, aquello era anónimo y cualquier cosa se podía esperar.
    
    Una noche, mientras consultaba qué respuestas había en el perfil creado, que anunciaba la disposición de ella, para tener un encuentro sexual con quien estuviera interesado, preferiblemente un hombre de color, apareció el comentario de alguien llamado Andrés García, quien colocaba ...
    ... su correo para ser contactado. De inmediato le escribí y al instante respondió. Acordamos charlar a través del chat y formalizar el contacto.
    
    Le conté sobre la disposición de mi esposa para tener un encuentro sexual con otro hombre que no fuera su marido, pero que sería su primera vez y no contábamos con experiencia para manejar tales situaciones. Me dijo que, la verdad, él también estaba explorando y que le llamaba la atención la propuesta. En ese momento supo que estábamos viviendo en República Dominicana y supimos nosotros que él residía en Bogotá, Colombia, de manera que cualquier cosa que proyectáramos hacer tendría que esperar a nuestro regreso. Mientras tanto se me ocurrió que Andrés podría conversarse con mi esposa, si ella así lo quería, para ir preparando el terreno. Le pedí que me mandara una foto suya para que ella le conociera y que, si él estaba de acuerdo, ella lo contactara. Y así lo hizo.
    
    La fotografía que mandó era de cuerpo entero, vestido, sentado en una silla, con actitud alegre y descomplicada. Se la compartí a mi esposa, mencionándole que ese podría ser un candidato para la aventura y que, para que no fuera a pasar lo mismo que en el motel, lo mejor era que ella tomara contacto con él, se presentaran, charlaran sobre el asunto y concretaran algo si es que había interés. Todavía nos faltaban seis meses para regresar, así que aquello se podría manejar con calma. Ella me contó que había encontrado simpático al muchacho, como a ella le gustaba, y que ...
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