1. El trato con El Gordo


    Fecha: 20/10/2021, Categorías: No Consentido Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... ese momento recordé a Jhony. El cabrón me había entregado para pagar su deuda. Me había dejado enanos de este narco para evitar que se lo cargaran. Era un puto cobarde. Y ahora este delincuente me iba a reventar el culo con su pollón de caballo:
    
    -Déjame, hijo de puta. Pégale a él...
    
    El Gordo me dio dos bofetadas viendo que empezaba a estar histérica:
    
    -A ver putita, tienes dos opciones: o te relajas y tratas de disfrutar la enculada o te resistes y sufres un desgarro.
    
    La verdad es que no tenía salida. Aquel mastodonte me iba a dar por culo sí o sí y lo que tenía entre las piernas era una polla descomunal. Intenté tranquilizarme y concentrarme. Noté como acercaba su glande a mi ano y presionaba contra él. Un dolor agudo empezó a inundarme. Mi esfínter intentaba dilatarse para dar paso a aquel trozo de carne. No era la primera vez que me daban por culo pero aquella polla no era normal.
    
    Empecé a gritar y suplicar para que parase pero El Gordo estaba decidido a cobrar hasta el último céntimo de su deuda. Un calor indescriptible en mi ojete fue el preludio a una sensación rotura. Sentía como que se me había roto cuando el capullo del tipo superó el esfínter y se alojó en el recto. Sin aviso, me dio un puntazo fuerte que me arrancó un alarido de dolor. Imagino que se oiría desde fuera y Jhony se enteraría.
    
    El Gordo me había empotrado su polla hasta el fondo. Hasta que sus huevos peludos toparon contra mi coño. Hasta que su barriga quedó apoyada sobre mi espalda. El ...
    ... matón seguía pajeandose disfrutando de mi sufrimiento anal. El gran jefe comenzó una tremenda follada que me estaba desgarrando. Incomprensiblemente mi mente estaba excitada. El roce del clítoris contra la mesa hacía que aquella enculada me estuviera llevando al orgasmo. En mi cabeza las sensaciones eran encontradas. Por un lado estaba excitada por el morbo de toda aquella situación por otro la rabia de ser entregada como pago por mi propio novio.
    
    Todo se aceleró. El Gordo tiró de mi melena y me obligó a incorporarme. Mis grandes tetas pendían y se balanceaban al ritmo que marcaba la polla del gran jefe. El matón se encontraba a escasos centímetros de mi cara a punto de correrse.
    
    Yo gritaba a medias entre el dolor y el placer cuando sentí el impacto de un chorro de lefa en la cara, muy cerca la boca. El puto matón se estaba corriendo en mi cara viendo cómo El Gordo me partía el culo. Dos, tres y hasta cuatro impactos me pringaron del líquido viscoso los labios, el pómulo y una de mis tetas. Mis pezones marrón oscuro quedaron cubiertos de lefa blanca.
    
    Esto hizo que el narco acelerara los pollazos contra mi culo y con un grito se corriera dentro de mis intestinos. La abundante corrida del viejo sirvió como lubricante para los últimos puntazos que hicieron qué se saliera y chorrear por mis piernas. Por mi parte tuve un orgasmo con el roce del clítoris contra la superficie de la mesa.
    
    Cuando el tipo salió de dentro me quedé rendida sobre la mesa. Sentí como mi ano me ...