1. El trato con El Gordo


    Fecha: 20/10/2021, Categorías: No Consentido Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... perra...
    
    Noté como de mi coño maná gran cantidad de flujo y mi clítoris palpitaba. Más aún cuando el matón se acercó a nosotros y me ofreció su polla también. Estaba en medio de una sórdida oficina, arrodillada ante dos extraños a punto de realizar una doble mamada. Sin pensarlo demasiado agarré aquellas dos pollas y comencé a pajearlas. Me llevé a la boca primero la del matón, mucho más normal, para luego intentar engullir la del gran jefe. Se me hizo imposible.
    
    El Gordo mandó al matón que se alejara. Me quería en exclusiva. Le agarré la polla y comencé a pajearlo al tiempo que llevaba mi lengua a sus huevos peludos. Me empecé a sentir como una puta. Una puta que le estaba saliendo al tipo por 3.000 €.
    
    Con la lengua recorrí desde los huevos hasta el capullo. Abrí todo lo que pude la boca y comencé a tragar rabo hasta que tipo con el final. Aún quedaba más de media por entrar. Empecé un movimiento de delante hacia atrás generando tanta saliva que se me salía por la comisura de los labios. Oí al narco suspirar de placer e intuía al matón pajearse ante la escena que le estaba ofreciendo.
    
    Antes de correrse El Gordo me ordenó parar. Tenía las mandíbulas entumecidas de la tensión generada por el movimiento y la abertura. Me levantó casi en volandas y no pude reprimir un grito de susto. Me inclinó sobre la mesa que hacía de escritorio me levantó la minifalda y dejó al aire mis nalgas, duras y redondas. El hilo dental se perdía entre mis generosos glúteos. El Gordo me ...
    ... dio una fuerte nalgada que dejó marcados sus dedos en mi culo:
    
    -Joder, puta, vaya polvazos tienes.
    
    Retiró el tanga a un lado y paseó su polla por mi raja. A estas alturas mis labios vaginales babeaban por una buena follada. El Gordo me incrustó su pollón de un golpe seco de cadera. Mi vagina se dilató al máximo para dar cabida a semejante intruso. A mis 22 años, era la primera vez que me metían una polla de esas dimensiones. Me sentía totalmente ocupada. Con una especie de dolor agudo que me producía un extraño placer.
    
    Me agarró por las caderas y comenzó a follarme sin compasión. No puede (ni quise) evitar gritar de placer al sentirme utilizada por aquel mastodonte de más de 50 años. Me follaba con rabia. Cada empujón hacía que me tuviese que agarrar a la mesa. Puede ver al matón a escasos metros haciéndose una tremenda paja.
    
    El morbo había hecho presa de mí. Me sentía la puta de un narco y eso me excitaba. El Gordo metió un dedo en mi ano lo que aumentó el placer en mi cerebro. De repente salió del coño dejándome una enorme sensación de vacío.
    
    Colocó una mano en mi espalda impidiendo que me pudiese mover. Dejó caer saliva sobre mí agujero del culo y comenzó a masajear lo con los dedos. Me intenté resistir y me revelé:
    
    -Cabrón, por el culo no, hijo de puta.
    
    -Cállate puta zorra. O crees que 3.000 pavos se pagan con lo que me has hecho...
    
    -Eres un cabrón, me vas a destrozar, desgraciado.
    
    -Las explicaciones se las pides al gilipollas de tu novio.
    
    En ...