1. La profesora de autoescuela (II)


    Fecha: 20/10/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos

    ... pellizcándole uno de sus pezones.
    
    -¡Oh, Dios! -exclamó. Había cerrado los ojos. Subí una mano por sus muslos, sobrepasé el límite de las medias, acaricié el incipiente vello del pubis, recorrí su raja con un dedo, notando como se humedecía, hinchados los labios, la humedad empezaba acumularse. Se removió acomodándose en el asiento, favoreciendo el avance y entrar dos dedos directamente en su coño. Se apretaba envolviéndome los dedos. La gente pasaba, pero no prestaban atención. Jadeaba y se movía, separando más sus piernas, una invitación a explorar, una solicitud de más, pero de golpe mi mano se apartó. De ninguna manera podía limitarme a un ámbito tan reducido como el coche.
    
    -¿Cómo eso? Estás temblando -Mientras pasaba la mano por su cabello y la deslizaba alrededor de su garganta, los delicados músculos se contrajeron.
    
    -¡Joder! -chilló tragando saliva. Después nos quedamos en silencio por unos momentos.
    
    -Serás buena para mí -Dije con los dientes apretados.
    
    -Sí... lo seré y será un placer servirte, Noa.
    
    Nada más salir del parking le dije que abriera la guantera, envuelto en papel de regalo había un collar de bondage donde colgaba una correa, quería dejarle constancia de su posición. Me miró sonriendo, se lamió los labios y se lo puso.
    
    -Te gusta. Vas a ser complaciente, ¿verdad?
    
    -Sí, sí, lo seré, Noa.
    
    -A partir de ahora dime mejor, si Ama.
    
    -Si, Ama.
    
    Con aquellas palabras aceptaba su posición, saber que ella era mía, que tendría su ...
    ... control, que estaba para servirme. Durante el trayecto la conversación se limitó a cosas vanales. Nada más entrar en casa, la empujé con mi cuerpo contra la pared, la besé bruscamente, su lengua se fundió contra la mía. Mis manos se movieron por el costado de su cuerpo, levanté el vestido acariciando sus muslos. Había estado esperando algo así durante tanto tiempo, fantaseando, preguntándome, esperando, deseando. Ahora la tenía para mí sola, así que debería dejar de perder el tiempo.
    
    -Oh, qué Marta tan traviesa. Esto te está excitando, ¿no es así? -Mientras le indicaba entrar en la sala. La empujé contra el borde de la mesa, me miraba con desconfianza.
    
    -Date la vuelta, inclínate sobre ella, tira del vestido y muéstrame ese culo -De pie y con el estómago apoyado en ella. Se subió lentamente la falda, hasta que la colocó sobre sus caderas. Ahora en exhibición ante mí en toda su gloria. Su trasero maduro, de curvas redondas, cubiertas por las medias sus piernas y sus muslos, firmes tensados por la posición, acaricié la parte más carnosa, era un culo delicioso.
    
    -¿Cómo estás, mi amor? -Susurré, apoyándome contra su espalda. Suspiró cuando mis manos se deslizaron sobre la tela del vestido acariciándole los pechos.
    
    -Me siento bien... Ama
    
    -Pon las manos en la espalda y apóyate contra la mesa -Lo tenía todo preparado y antes de que se diera cuenta, le había esposado las muñecas y con una fina cuerda las uní a una de las argollas del collar. Ayudada por mis pies le obligué a ...
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